Agua y medioambiente

BBVA prioriza el desarrollo sostenible en su estrategia


    Sérvula Bueno

    En los últimos años, ha cambiado por completo la concepción de las empresas acerca de la sostenibilidad. Ello ha hecho que múltiples cuestiones ambientales y sociales se hayan convertido en ejes prioritarios de actuación para todo tipo de organizaciones, independientemente del tipo de actividad que ejerzan. Precisamente en esta labor, el sector financiero ha sido realmente pionero, gracias a actuaciones como la de BBVA.

    La entidad, fundada en 1857 como Banco de Bilbao y presidida por Francisco González, asume la sostenibilidad como una oportunidad para ayudar a sus clientes y conectar con sus valores y, por ende, le otorga una prioridad determinante en sus decisiones sobre desempeño ambiental. En este sentido, en su Política Medioambiental, así como en su Plan Global de Ecoeficiencia, incluye como objetivos principales llevar a cabo un desarrollo sostenible, impactar positivamente en el medio ambiente y difundir y fomentar el cuidado del planeta a través de diversas iniciativas.

    Tanto es así que BBVA basa su política de financiación en los conocidos como Principios de Ecuador (EP, por sus siglas en inglés) -un marco de referencia lanzado en 2003 para que los bancos pudiesen evaluar los riesgos sociales y ambientales de los proyectos susceptibles de recibir financiación-.

    Asimismo, BBVA se ha comprometido, junto con otros 13 bancos, ante el programa ambiental de Naciones Unidas a implantar las recomendaciones sobre financiación y cambio climático publicadas por el Consejo de Estabilidad Financiera en el marco de la cumbre del G20, celebrada en Hamburgo (Alemania) en julio de este mismo año.

    Una sede certificada y sostenible

    Sin duda alguna, la sede madrileña de BBVA -Ciudad BBVA- es la seña de identidad por excelencia de la compañía y, además, también ha dibujado, desde su inauguración en 2015, una nueva estampa en el skyline de la Capital. Se trata de un complejo de 114.000 metros cuadrados formado por ocho edificios. La Vela es el principal y se compone de una torre de 93 metros de altura que se alza en medio de una plaza de 100 metros de diámetro.

    En la Ciudad BBVA, las energías alternativas juegan un papel clave, ya que una gran parte de las necesidades de la sede se satisfacen gracias a energías renovables propias, tanto solar como geotérmica. El complejo tiene más de 31.000 metros cuadrados de zonas verdes y el agua de la lluvia se reutiliza para el riego gracias a un sistema de canales. Además, la sede madrileña de BBVA es el mayor complejo de oficinas de Europa iluminado con tecnología de ledes y cuenta también con un sistema que monitoriza el consumo energético a partir de sensores de presencia instalados en todos los edificios.

    Todo ello ha hecho que el complejo y el edificio La Vela recibiesen la certificación LEED Oro por parte del U.S. Green Building Council (USGBC), uno de los estándares de construcción sostenible más exigentes a nivel mundial. Este reconocimiento garantiza un ahorro de más del 40% en el consumo de agua potable, la reutilización de aguas grises y pluviales y una reducción de más del 30% en el consumo energético, entre otros muchos beneficios. Además de estas certificaciones, BBVA cuenta con 21 edificios más merecedores de este mismo sello LEED repartidos por España, Chile, Paraguay, Estados Unidos, México y Turquía.

    Líder en financiación verde

    Uno de los grandes retos del sector bancario de cara al futuro es afrontar la financiación sostenible y, en esta tarea, BBVA trabaja para liderar la transición hacia una economía más comprometida. De hecho, recientemente Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de la entidad, reconoció durante el transcurso de una jornada sobre financiación sostenible que el banco está convencido de que "la industria financiera está en un punto de inflexión que permitirá crear la escala de movilización de capital necesaria para frenar el cambio climático y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)".

    Para lograrlo, el mercado de emisión de bonos verdes tiene un papel clave. Estos instrumentos son valores de deuda emitidos por organismos públicos o privados para financiar proyectos sostenibles. Precisamente en julio de este año se cumplieron diez años de la emisión del primer bono verde, en la que BBVA participó y cuyo emisor fue el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

    Desde entonces múltiples emisores corporativos financieros y no financieros han acudido a los mercados a emitir este tipo de títulos de deuda, contribuyendo así al crecimiento de un mercado que ya alcanza cifras excepcionales. Muestra de ello es que en 2016, BBVA colocó en el mercado bonos verdes y sociales por importe de 5.350 millones de euros, y en los primeros nueve meses de este año, el importe ya alcanza 4.300 millones. Así, la entidad es la más activa del mercado español en este segmento y una de las más activas a nivel europeo. Ricardo Laiseca, responsable de la unidad Global Finance de BBVA -que incluye bonos y préstamos- reconoció recientemente, al hilo de lo anterior, que "estamos siendo pioneros en el mercado de préstamos verdes y todo un referente a nivel mundial".

    En este ámbito, la entidad financiera destaca también por haber participado en la primera emisión pública de bonos sociales de la Comunidad de Madrid, a la que concedió en abril de este año un préstamo sostenible por valor de 240 millones para financiar proyectos de esta índole en la región. La finalidad del préstamo es ofrecer financiación a iniciativas sostenibles dentro de la Comunidad, tales como gestión medioambiental, formación, salud, vivienda asequible, etc.

    Entre otras operaciones relevantes en esta materia, que BBVA ha formalizado este año, destaca el primer green loan de una compañía energética concedido a Iberdrola y el primer green loan con estructura project finance con la empresa Terna, ambos a escala mundial.

    En el primer caso, BBVA firmó en abril un green loan o préstamo verde a favor de la empresa energética por un importe de 500 millones de euros. La operación fue no sólo la primera de este tipo para una compañía de este sector a nivel mundial, sino también la de mayor importe firmada hasta la fecha.

    Por su parte, en lo relativo a la empresa italiana Terna, BBVA firmó el pasado julio la primera financiación verde en formato project finance a escala mundial. La financiación se estructuró en un préstamo A de 56 millones de dólares -aproximadamente unos 48,2 millones de euros al cambio- concedido por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y un préstamo B de 25 millones de dólares -unos 21,5 millones de euros al cambio- enteramente suscrito por BBVA, que además lideró la estructuración verde de la financiación actuando como green loan coordinator.

    Otras iniciativas corroboran el compromiso de BBVA con la protección del medioambiente. Destacan sus Premios a la Conservación de la Biodiversidad: creados en 2004, galardonan las dos mejores actuaciones para proteger el medio ambiente en España y Latinoamérica; y, en otra categoría, la labor de difusión y sensibilización en este terreno. El jurado de los premios está integrado por científicos, comunicadores y representantes de ONG. BBVA apoya además la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI) y participa en la iniciativa de la Hora del Planeta y en el Grupo Español para el Crecimiento Verde, entre otras.