Agro
No todo son penas en el campo: el sector incrementa su beneficio un 33% en cuatro años
Rafael Daniel
Valladolid,
La agricultura y la ganadería cerraron el pasado año con un incremento del beneficio del 5,2% hasta los 24.087 millones de euros tras alcanzar una producción final histórica. En los últimos cuatro años las ganancias han subido un 33,5%
La buena cosecha dejó el pasado año un nuevo récord de la renta agraria, que creció un 4,3% y superó por primera vez los 30.000 millones de euros pese a la reducción de los precios recibidos por los productores y el aumento de los costes. El beneficio neto de la actividad agrícola y ganadera creció un 5,2% y acumula un incremento del 33,5% en cuatro años.
Según la segunda estimación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la renta agraria se situó en 2018 a precios corrientes en 30.217 millones de euros, una cifra que consolida la tendencia de crecimiento que se inició en 2013. En Unidades de Trabajo Año (UTA), el equivalente al trabajo desarrollado por una persona a tiempo completo durante un año y que equivaldría al cálculo de un activo, el incremento asciende al 5,2% hasta los 34.921 euros. Esto se explica por la reducción paulatina del número de UTAs desde 2008, que han pasado desde de algo más de un millón a las 865.000 del último ejercicio.
David Uclés, responsable del Servicio de Estudios de Cajamar, explica que la "bajada sostenida" del número de UTAs está relacionado con el proceso de capitalización que ha vivido el sector agrario. "Con la crisis se produjo un colapso de crédito pero el sector que menos lo sufrió fue el agrario, que se convirtió en un pequeño oasis y siguió invirtiendo en maquinaria, lo que supone menos mano de obra. A la vez, también se produce un proceso de pérdida de mano de obra en el campo, que lleva a su vez a una mayor mecanización, que resta mano de obra. Es un poco la pescadilla que se muerde la cola".
El incremento de la renta agraria el pasado año es la consecuencia del aumento del valor de la Producción Final Agraria hasta la cifra récord de 53.391 millones de euros, un incremento del 5,4%, debido a los incrementos de las producciones vegetales y ganaderas. En el primer caso, el aumento del 7,8% en valor se debe fundamentalmente a un incremento en las cantidades producidas (8,3%) ya que los precios experimentaron un ligero descenso, del 0,6%, aunque con importantes variaciones según los cultivos.
En cantidades. destaca el aumento registrado por los cereales (43,1%), seguido por vino y mosto (38,4%) y plantas forrajeras (25,7%). Comportamiento opuesto tuvieron la patata con un descenso del 10,2%, aceite de oliva (-7,4%) y hortalizas (-2,2%).
En precios destaca el aumento registrado en patata (62,5%), seguido por frutas (2,9%), hortalizas (2,2%) y cereales (1,3%). Por el contrario, descendieron aceite de oliva (-23,7%), seguido del vino y mosto (-8,0%). La producción animal aumentó su valor un 2,2% también debido a una evolución al alza de las cantidades producidas (4,3%), y de nuevo los precios tuvieron un comportamiento opuesto, descendiendo un 2,0%. En volumen, entre otros subieron huevos (7%), porcino (6%) y aves (5,5%). Los precios aumentaron en huevos (1,8%) y leche (1,8%).
Los costes energéticos se disparan
Al descenso medio de los precios el pasado año se ha unido un récord en el coste de los medios de producción, que experimentaron un aumento del 6,3% en valor debido a un incremento del 3,3% en precios y del 2,9% en cantidades consumidas. Así, se produjeron subidas generalizadas en todos los consumos intermedios, destacando el aumento registrado en energía (12,5%), seguido de semillas y plantones (4,5%), servicios agrarios (2,9) y piensos, con un 2,3.
David Uclés explica que el aumento de los gastos energéticos se produce en agricultura por dos causas. Una es la modernización del regadío, que supone pasar del sistema tradicional a uno bajo presión, que consume energía. "Y el año pasado ha habido un encarecimiento del kilovatio". En el cómputo global a la hora de calcular la renta agraria el pasado año se observa un leve aumento de las subvenciones del 0,5%, situándose en 6.557,6 millones de euros, que incluyen 787,9 millones de "subvenciones a los productos" y 5.769,7 en "otras subvenciones".
Este último capítulo de las subvenciones es el que más ha crecido desde el año 2000, un 341%, según los datos hechos públicos por el Ministerio de Agricultura.
El buen año del sector queda mejor reflejado en el beneficio neto, resultado de restar a la renta agraria la remuneración de los asalariados y el pago de intereses. El pasado año el beneficio empresarial obtenido por la actividad agrícola y ganadera se elevó a los 24.087 millones. Esto supone un incremento del 5,2%, un porcentaje que se dispara al 33,5% si contabilizamos los cuatro últimos años.
En ese punto, el sector se está beneficiando del descenso de los tipos de interés, ya que el coste financiero ha descendido desde los 725 millones pagados en 2011 a los 374.
Al analizar los datos, el responsable de Estudios de Cajamar señala que "se hablaba de un sector atrasado y el comportamiento que ha tenido desde el final de la crisis ha sido bestial. Nos encontramos con un sector altamente innovador, no con alta rentabilidad, pero si de una altísima competitividad a tenor de la evolución de las exportaciones desde el estallido de la crisis, donde el éxito ha sido rotundo".