Agro

"Para lograr financiación en el campo hay que moverse mucho"

    Daniel y su padre con Abel López, de Fundación Michelín, que ha financiado el proyecto.

    Natalia Calle

    El campo europeo envejece. Así lo dicen unas estadísticas que -extrapolables a nuestro país- reflejan que sólo en torno al 6% de los titulares de explotaciones agrarias y ganaderas son menores de 40 años. Sembrar para que ese pobre porcentaje despunte es un objetivo de las administraciones que, en paralelo a otras instituciones privadas, promueven instrumentos económicos, financieros o informativos para impulsar ese relevo generacional que tanto necesita el mundo rural. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro

    Y para muestra, un botón, el que representa Daniel San Martín Pierna, un joven de apenas 22 años de la localidad vallisoletana de Nueva Villa de las Torres que hace ya dos años decidió que su vida estaba y estaría en el campo.

    Daniel ha mamado el oficio de su padre, Juan Carlos San Martín Marcos (48 años), y sabe de primera mano los sacrificios que entrañan el ganado y la tierra: "Un trabajo muy duro, de 365 días al año". Sin embargo, ello no fue óbice para que en 2014 decidiera aparcar los estudios y apostar por esta actividad para labrar sobre ella su futuro. Junto a su progenitor, puso así en marcha Nasadla S.L., una sociedad que ahora, y tras una inversión que "ronda los 250.000 euros", ha lavado la cara de la vieja explotación y muestra nuevos brotes verdes.

    "Tuvimos la suerte de llamar a las puertas acertadas", explica Juan Carlos San Martín a la hora de referirse a Miguel Sanz, técnico de la Oficina de Empleo de Medina de Rioseco, y a Gustavo, de la organización agraria UCCL en Medina del Campo. Y es que, dice, aunque "hay que molestarse y moverse mucho", dar con las personas adecuadas les ha ayudado "de forma extraordinaria", fundamentalmente para superar el muro de los bancos para la concesión de crédito y conocer esos otros organismos y ayudas institucionales "que están ahí para los agricultores y ganaderos de las zonas rurales".

    Apoyos

    De su mano, han obtenido, así, esenciales apoyos de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (Saeca), la Agencia de Inversiones y Servicios de Castilla y León (ADE), la propia Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, la sociedad de garantía recíproca Iberaval, la Diputación de Valladolid y la Fundación Michelín. Las ayudas de unos y otros entes han permitido mejorar las instalaciones, duplicar el número de ovejas hasta las 1.200 actuales, y dotarse de todos los instrumentos necesarios para la que está a punto de convertirse en la nueva quesería Nasadla, una fábrica que apenas espera ya su registro sanitario para echar a andar.

    Aunque Juan Carlos y Daniel no tienen en mente que la producción de quesos sea su cometido principal -sino más bien "un complemento para sacar más rentabilidad a la explotación y un elemento de diversificación que permita no depender tanto de los precios de la leche o del lechazo"-, lo cierto es que la actividad quesera obligará a redoblar esfuerzos en una sociedad ya de por sí a pleno rendimiento con el pastoreo y cuidado diario de las ovejas, el mimo y preparación de los lechazos destinados a su venta, la comercialización de lana y la producción de la alfalfa, el maíz y la cebada que prioritariamente alimentan a sus animales.

    Pese a esa sacrificada labor diaria, ni Daniel ni Juan Carlos pierden la sonrisa en medio de la vorágine de trabajo de la nueva Nasadla S.L. No en vano, todo va sobre ruedas en ella y ni siquiera la nueva fabricación de queso les roba el sueño. "Venimos haciendo unos 60 quesos al año para consumo familiar, como el que hacía mi abuelo de toda la vida", dice el patriarca para recalcar que la nueva tarea no entraña misterios para ellos. Pese a ello, el propio Daniel ha considerado oportuno realizar también un curso de manipulación y producción quesera que, seguro, reforzará la calidad de un producto cien por cien natural que, por lo pronto, ha generado ya en la mente de los San Martín un nuevo reto de futuro: "Esperamos conseguir un Premio Cincho alguna vez".

    Su queso se comercializará en formato castellano de 1,5 y 2 kilogramos y probablemente con el marchamo Nasadla. Para su elaboración, los San Martín ?que también cuentan en esta nueva aventura con el esencial respaldo de sus respectivas parejas-, prevén destinar en principio "entre 200 y 300 litros de leche cada dos días", lo que se traducirá en una producción de unos 40-60 quesos. Será un queso puro exclusivamente a base de leche cruda de oveja assaf, sal y cuajo de cordero lechal, "de textura muy suave, nada pesado" y que se comerá "sin hambre, sin enterarte", por puro placer.