En 2015, Pfizer acordó su compra por 150.000 millones, pero EEUU lo impidióLa farmacéutica estadounidense Abbvie -antigua Abbott- anunció ayer un acuerdo para comprar su rival Allergan, la compañía irlandesa famosa por ser la dueña del bótox, por 63.000 millones de dólares (unos 55.300 millones de euros al cambio actual). Allergan era desde hace años el objeto de deseo de varias de las multinacionales del sector farmacéutico, tanto por su famoso producto de dermatología como por tener su sede en Dublín y pagar un impuesto de sociedades del 12,5 por ciento. De hecho, en 2014, la primera farmacéutica del mundo, la estadounidense Pfizer, llegó a un acuerdo para comprar Allergan, por la que estaba dispuesta a desembolsar 150.000 millones, casi tres veces más que lo pactado ahora por Abbvie. La diferencia entre una operación y otra es que Pfizer buscaba con esta compra el traslado de su sede fiscal a Irlanda, motivo por el cual, finalmente, el Gobierno de EEUU se opuso a la operación y terminó por frustrarla. Ahora, según informó ayer Abbvie, el laboratorio estadounidense no se trasladará a Irlanda y mantendrá su sede central en Delaware, un Estado también con beneficios fiscales dentro de EEUU. Abbvie pagará la compra de Allergan en efectivo y acciones, dando así origen a un gigante del sector con una facturación combinada de 48.000 millones de dólares (42.174 millones de euros) anuales. En concreto, Abbvie pagará 12,3 dólares en efectivo y entregará 0,866 acciones propias por cada título de Allergan, lo que valora en 188,24 dólares cada acción del dueño de bótox, lo que supone una prima del 45 por ciento respecto de su precio de cierre de este lunes. Abbvie calcula que la compra proporcionará sinergias anuales y otras reducciones de costes por importe de al menos 2.000 millones de dólares anuales (1.757 millones de euros) al tercer año de la transacción como resultado de la optimización de la investigación y el menor solapamiento de recursos en I+D, así como de eliminar redundancias en la fabricación y la cadena de suministro.Tras el cierre de la operación, se espera que los accionistas de AbbVie controlarán el 83 por ciento del capital de la empresa combinada, mientras que los accionistas de Allergan serán dueños del 17 por ciento.La nueva compañía resultante continuará siendo dirigida por Abbvie, con Richard A. González como presidente y consejero delegado, mientras que dos miembros del consejo de Allergan, incluyendo su presidente y consejero delegado, Brent Saunders, se incorporarán al consejo de la nueva compañía.Pérdida de patentePara AbbVie, la operación llega en el momento en el que buscaba un nuevo medicamento que reemplace la pérdida de la patente de Humira, el fármaco con mayores ventas mundiales y que supone el 60 por ciento de sus ingresos. Humira, con ventas de 18.000 millones, ha perdido la exclusividad en Europa y en EEUU la perderá en 2023. En España, tiene unas ventas anuales de 300 millones de euros.Con la compra, la firma adquiere bótox, la toxina botulínica lanzada en el año 2002 y que con los años ha evolucionado desde una inyección cosmética hasta un tratamiento para las migrañas y la disfunción de la vejiga, generando 3.130 millones de euros en ventas en 2018.