Las emisiones de CO2 de los coches crecieron en la UE el año pasado por segundo año consecutivo, alcanzando los 120,4 gramos por kilómetro recorrido, porque los conductores prefieren adquirir todoterrenos, más potentes, pesados y contaminantes que otros modelos.La regulación exige que los nuevos vehículos de pasajeros emitan un máximo de 95 gramos de CO2 por kilómetro a partir de de 2021, pero la tendencia del mercado no rema en esa dirección, según la Agencia Europea del Medio Ambiente.Durante 2018 las emisiones de los coches nuevos crecieron 2 gramos por kilómetro, por la demanda de todoterrenos, ahora conocidos como SUV (siglas inglesas de Sport Utility Vehicle), que representaron un tercio de los 4,5 millones de coches vendidos en la UE e Islandia. Con ello se produce un cambio de tendencia, porque si de 2010 a 2016 las emisiones de los coches bajaron en unos 22 gramos por kilómetro, en 2017 ya se registró un aumento de 0,4 gramos por kilómetro.En España los todoterrenos representaron el 41,3 por ciento de los coches vendidos en 2018, lo que implica una subida del 7 por ciento respecto a 2017.