Se adentra en la fabricación de equipos de electrónica de potencia para redes inteligentes y sistemas de autoconsumoNorvento mete la directa y prevé incrementar en un 60 por ciento su volumen de negocio en tres años –en 2018 facturó 43 millones de euros–, gracias a la puesta en marcha de nuevos parques eólicos en Galicia y la entrada en nuevas líneas de actividad alrededor de las redes inteligentes: sus instalaciones en Villalba (Lugo), donde fabrica un aerogenerador de pequeña potencia (100 kW), están preparándose para producir también equipos de electrónica de potencia."Somos una empresa conservadora y no nos metemos en cosas que no conocemos bien", dice Manuel Pinilla, director comercial de la empresa, cuando explica a elEconomista su nueva apuesta por la fabricación de convertidores electrónicos y controladores de microrredes y sistema de gestión de energía, equipos clave para el previsto auge de la generación distribuida, con sistemas de autoconsumo, baterías, vehículos eléctricos... A la espera de que el Gobierno termine de desarrollar la reglamentación de este nuevo mercado, Norvento quiere aprovechar su larga experiencia en redes de distribución y sistemas aislados para ofrecer productos y servicios de gran valor añadido: "Aspiramos a que los agregadores de demanda utilicen nuestros nuevos productos", que confía en mostar al mercado en los próximos meses. Pero de momento lo que más ocupa su actividad es la construcción y la promoción de nuevas instalaciones de renovables, que serán las responsables del fuerte crecimiento del negocio que espera obtener en los próximos años. En la actualidad tiene 120 MW de distintas tecnologías y ha transferido más de 600 MW, tanto en España como en el extranjero.128 MW en construcciónLa empresa cuenta en la actualidad con una cartera que supera los 700 MW en distintas fases de desarrollo. Los más avanzados son 128 MW eólicos que está construyendo en Galicia, resultado de la primera subasta organizada por el Gobierno en 2017. A ellos añade otros 300 MW con derechos de acceso y conexión que participaron en las fallidas subastas organizadas hace años por la Comunidad Autónoma, así como otros 400 MW más inmaduros, repartidos por España y el extranjero, sobre todo Brasil.