El interés de la deuda española a 10 años se reduce al 0,826% mientras la estadounidense también toca mínimos de 2017El apetito por la renta fija no cesa. En una semana en la que la batalla de la guerra comercial se ha librado en el sector tecnológico, con el veto de Google a Huawei, los inversores han vuelto a acudir a la deuda soberana. Pese a que las rentabilidades que pueden lograrse siguen menguando, se cobijan en los bonos en busca de refugio en un momento en el que, además, la inflación está contenida y la preocupación por un parón económico crece. El mercado ya solo exige un 0,826 por ciento de interés a la deuda española a 10 años; la rentabilidad más baja de la historia, tras perforarse la semana anterior el mínimo histórico previo (en el 0,88 por ciento). El rendimiento de los bonos alemanes a una década también se relajó el viernes hasta el -0,118 por ciento, con lo que la prima de riesgo se quedó en los 94 puntos básicos. Las compras no se limitan a Europa. Los inversores también están comprando deuda estadounidense, lo que provocó que durante la semana la rentabilidad del T-Note llegase a descender hasta el 2,30 por ciento, su nivel más bajo desde octubre de 2007. Y es que no hay motivos para exigir un mayor interés a la deuda a juzgar por las actas que publicaron esta semana tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Reserva Federal (Fed). La preocupación por la ralentización económica crece mientras las previsiones de inflación bajan. Las actas del BCE alertaban de que "los últimos datos macro han sido más débiles incluso de lo esperado" y en las de la Fed se reflejaba la intraquilidad de algunos miembros por la reducción de las perspectivas de inflación. "A medida que las expectativas de inflación continúan disminuyendo, la presión sobre la Reserva Federal aumenta para reducir los tipos de interés. Todas estas medidas apuntan a menores rendimientos de la deuda pública", señalan los analistas de Julius Baer.