Ayer se celebró el Día Internacional del Becario. Esta fecha trata de evidenciar la situación en la que se encuentra el colectivo con el objetivo de establecer un marco regulatorio, y dar visibilidad a sus carencias y necesidades. Acierto.com ha analizado la realidad a la que se enfrentan. La situación de estos estudiantes españoles es una de las peores de Europa, pues no solo su retribución es inferior a la del resto de países de la UE, sino que la ley no obliga a las empresas a pagarles un sueldo o compensación al contratarles. Además, aquellos que carecen de una beca remunerada no cotizan a la Seguridad Social. Sin embargo, los que cobran reciben una cantidad que, según nueve de cada diez, ni siquiera sirve para cubrir los gastos básicos. Esta precariedad no responde a una falta de formación. De hecho, es todo lo contrario: cada vez son más los que se ven obligados a alargar la beca o incluso a apuntarse a cursos para poder trabajar en prácticas. Durante los últimos años el número de becarios ha ido en aumento. Según las cifras, hay uno por cada 15 trabajadores. España se sitúa como el segundo país comunitario con mayor número de titulados haciendo prácticas –por detrás de Eslovenia–. En concreto, el número de becarios ha aumentado más de un 350 por ciento desde el año 2015. También hay que sumarle un problema más: en numerosas ocasiones la carga de trabajo y funciones son prácticamente idénticas a las de un trabajador en nómina.La parte formativa, en este caso, pasa a ser un segundo plano. La idea es obtener la experiencia suficiente como para que les contraten en ese puesto o en otra empresa, pero la realidad es que poco más del 30 por ciento lo consigue. Periodismo, la peor áreaExisten sectores en los que la contratación es más complicada, como es el caso del Periodismo, donde la beca se ha convertido casi en una condición previa obligatoria para acceder al mercado laboral. Los datos obtenidos por el estudio de Acierto.com indican la necesidad de una regulación, ya no solo de las retribuciones, sino del trabajo que realizan, ya que siempre debería contribuir a su formación y en absoluto equiparar o sustituir las tareas de un empleado al uso.Además, los becarios están protegidos por el seguro estudiantil, que les protege durante las horas lectivas, las prácticas y durante sus programas de movilidad.