El Santander mantuvo ayer la primera reunión con los sindicatos para alcanzar un acuerdo de cara al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se realizará tras la integración tecnológica del sistema de la entidad en el Popular. El banco expresó a las fuerzas sindicales la necesidad de acometer la última fase de reorganización sobre su red con el objetivo de "eliminar redundancias" y abordar los retos de la transformación digital. La entidad, sin embargo, no trasladó cifras ni del número de personas que podría verse afectado ni de las oficinas a cerrar. No obstante, fuentes no oficiales apuntan a un ajuste de unos 3.000 trabajadores y unas 1.000 oficinas. La entidad trasladó a los sindicatos su intención de acogerse al artículo 12 del convenio colectivo, que refiere un proceso de reestructuración a través de la modaliadad de flexibilidad y con acuerdo negociado con los representantes de los trabajadores, lo que lo hará menos traumático. La próxima reunión se ha fijado para el 14 de mayo.