Bogas logra que se aumente la horquilla límite de inversión del 15% al 50% para AlmarazGalán y Reynés consiguen que el acuerdo sea para la renovación última y definitiva de las plantasEndesa, Iberdrola y Naturgy han logrado un acuerdo in extremis para que todas las centrales nucleares españolas cierren entre 2028 y 2035. Las empresas alcanzaron en la madrugada de ayer un pacto que permitirá que se respete el cierre acordado en el Protocolo sellado con Enresa la semana pasada. Según la hoja de ruta acordada por las eléctricas y Enresa, el reactor Almaraz I se parará no antes de 2027, mientras que el segundo de sus reactores lo haría un año después (2028). En concreto, supone que los dueños de la central cacereña pedirán 7,4 años, a contar desde la fecha de abril de 2020 en que expira la licencia, para el primer reactor y 8,3 años para el segundo. El protocolo incluye un calendario de cierre para el parque nuclear español, contemplando las clausuras ordenadas y escalonadas de los actuales siete reactores desde 2027 (Almaraz) hasta 2035 (Trillo). De tal manera que, tras Almaraz, le tocaría el turno a Ascó I (2029) y Cofrentes (2030). En 2033, sería clausurado Ascó II y, en 2035, Vandellós y Trillo. A este ritmo, la vida útil de las centrales se situará en una media de unos 45-46 años. El acuerdo alcanzado por las partes a las tres de la madrugada prevé que se respete el protocolo firmado y se incluya en los acuerdos la palabra cierre, en lugar de cierre indicativo como pedía Endesa en las anteriores reuniones, tal y como reclamaban Iberdrola y Naturgy para reforzar el hueco térmico para sus renovables y centrales de gas. En segundo lugar, el plan de negocio se vinculará, tal y como exigían Iberdrola y Naturgy, a la licencia aunque ambas ceden en el porcentaje de inversión a añadir, que pasará del 15 por ciento previsto hasta un máximo del 50 por ciento, tal y como exigía Endesa. De este modo, Endesa logra que se puedan invertir los 125 millones que podría requerir la planta de Almaraz para continuar operando, ya que al dejar este margen, las inversiones en Almaraz podrían llegar a ascender en total a los 605 millones frente a los 400 millones previstos en el plan de negocio anterior. El tercer punto de acuerdo consiste en acotar las inversiones a una cifra para Ascó de 356 millones y Vandellós 2 de 482 millones, aunque cerrada de antemano, así como un plan para apoyar a las zonas tras el cierre de estas instalaciones. Con la aprobación de estas medidas, las eléctricas lograrán que la tasa nuclear suba como máximo un 20 por ciento y no se duplique como podría haber pasado para afrontar los cierres de las plantas con anterioridad. Semana de tensiones El acuerdo llega después de una semana de grandes tensiones en la juntas de Almaraz y Vandellós en la que Endesa volvió a plantear la opción de compra, cesión o alquiler de la participación del resto de compañías, una medida que fue rechazada por Iberdrola y Naturgy, que no aceptaban esta propuesta. A partir de ahora, el acuerdo alcanzado debería ir ratificándose en las juntas de cada una de las centrales y se podrán iniciar las peticiones de renovación de licencias. Según Iberdrola, el acuerdo aporta visibilidad al sector nuclear en España y garantiza la continuidad de la actividad económica y el empleo vinculado a la central en los próximos 25 años, tanto durante la explotación de la planta (hasta 2028), como con los posteriores trabajos de desmantelamiento, que podrían extenderse hasta 15 años. Esta actividad se verá reforzada con las inversiones en renovables que Galán ha anunciado recientemente para Extremadura. En concreto, Iberdrola prevé poner en marcha 2.000 nuevos megavatios (MW) de potencia fotovoltaica y eólica hasta 2022 en la región, lo que situará a esta comunidad en el centro de su estrategia renovable en Europa. La nueva capacidad supondrá, además, duplicar la potencia instalada correspondiente a Iberdrola en la central nuclear de Almaraz.