El Consejo Escolar del Estado es el órgano consultivo más importante en educación y en él están representados los distintos sectores de esta área. Sus integrantes dictaminan los proyectos de normas en materia educativa, que tengan que ser aprobados por el Parlamento, el Gobierno o por el titular del Ministerio de Educación. Enrique Roca ha sido nombrado por el Consejo de Ministros como el presidente del Consejo Escolar. ¿Cómo definiría el escenario actual de la educación en España? La educación española está en un proceso de renovación, adaptación y modernización de su normativa. Se encuentra mirando al futuro, en concreto a la Agenda 2030 de la Unesco. En este sentido, es una situación de reto que coincide con un momento político de cambio y de cierta inestabilidad. Todo lo que ocurra de aquí en adelante en la educación tendrá que ver con el conjunto de lo que pasa en el país. No obstante, la educación española ha tenido unos logros muy destacados, a pesar de que podemos y debemos mejorar, pero el avance que hemos realizado es muy importante. Por tanto, el cambio se debe producir a partir de este avance, profundizando todas las mejoras, pero también poniendo la mirada en el futuro, en los retos y en los objetivos que se plantean a nivel global desde el punto de vista de la educación: Agenda Unesco, Objetivos Europeos 2030 y también teniendo en cuenta toda la experiencia acumulada de los estudios y evaluaciones internacionales que precisan dónde estamos, dónde están los países que mejores resultados obtienen y, por ende, qué distancia tenemos que recorrer en algunos aspectos. ¿Cómo afronta el Consejo Escolar del Estado la nueva ley de educación? El Consejo Escolar ha tenido, con respecto al anteproyecto, una actitud mayoritariamente positiva. Este anteproyecto tiene como objetivo recuperar aquello que se modificó de la ley anterior y que no tuvo acuerdo. Es necesario mirar a la LOE, pero con visión de futuro, y esto se señaló en el Consejo. Ha estado latente la preocupación porque la educación que reciben los ciudadanos es fundamental en nuestras sociedades. También existe el convencimiento de que en la medida en la que esperemos de nuestros alumnos éxito, éstos están en un mejor camino para alcanzarlo. Otro de los puntos que se ha señalado en las enmiendas es la importancia de los derechos de la infancia y el aprendizaje de la igualdad efectiva de hombres y mujeres. Yo creo que es-tos son aspectos esenciales que recoge la ley y que se han discutido favorablemente. ¿Cree que se podría llegar a un pacto educativo real? El secretario de Estado, en una entrevista que le hicieron en la revista de participación del Consejo Escolar del Estado, decía que un pacto educativo global no ha sido posible, pero son deseables y alcanzables numerosos acuerdos sobre la educación. Yo también considero que es muy complicado un pacto educativo global, porque hay algunos aspectos esenciales en los que la sociedad española está dividida: como son, por ejemplo, la enseñanza de la religión y las competencias estatales en la educación. Sin embargo, acuerdos educativos son muy posibles. Además, yo voy a defender en el informe anual de este Consejo la importancia que tiene poner la mirada en aquellos aspectos positivos y de éxito y en aquellos en los que hay dificultades. Vamos a hacer propuestas hacia las soluciones de los problemas fundamentales que tenemos. Mientras no exista un pacto, debemos trabajar para que haya acuerdos. España ha terminado este pasado año como el segundo país de la Unión Europea con mayor abandono escolar, ¿qué propone desde el Consejo Escolar para reducir esta cifra? El objetivo es que más del 90 por ciento de los jóvenes siga estudiando después de la obligatoria. Todo lo que está por debajo de esa cifra, jóvenes en edad de estar escolarizados que no han alcanzado esa titulación o no están estudiando, se considera abandono temprano. Este es un objetivo muy ambicioso, pero esencial. Hace unos 50 años solo el 10 por ciento de los ciudadanos alcanzaba la titulación de Bachillerato o de educación superior. Ahora el abandono en España se ha situado en el 17,9 por ciento. Es decir, en estos años, hemos pasado de cifras de abandono próximas al 80 por ciento a un 17,9 por ciento. El objetivo es superar el 90 por ciento de permanencia en el sistema educativo después de la educación obligatoria. Por su parte, el llamado fracaso escolar, es entendido como que los alumnos no tengan el título de la ESO, título que solo existe como tal en España y se convierte en una barrera que hay que saltar y no en un reconocimiento y una oportunidad de continuar la formación. Han propuesto un sistema de evaluación de alumnos a profesores, ¿qué objetivo tiene? ¿influirá en el futuro laboral de los docentes? Yo creo que la propuesta va encaminada a que el trabajo del profesorado también va a ser valorado adecuadamente. Es verdad que en los planteamientos de la evaluación de profesorado se incluyen en general aspectos de la valoración del docente en la que a los alumnos se les pregunta sobre el trabajo. Es decir, la evaluación de los profesores que tiene que ver con el rendimiento y los procesos educativos debe ser una evaluación desde mi punto de vista colectiva de los equipos docentes y de su plan de trabajo, y luego debe estar bien diferenciada la evaluación individual, encaminada a la promoción y valoración personal. Se trata, en definitiva, de valorar el proceso educativo y para ello deberán participar el centro, docentes y alumnos, entre otros.