Para Isabelle Mateos y Lago la mayor preocupación en Europa es cómo se va a lidiar con la próxima recesión y cree que la clave estará en si se emplea la política fiscalIsabelle Mateos y Lago conoce bien el mercado del Viejo Continente. También el de nuestro país, ya que fue jefa de la misión del Fondo Monetario Internacional para España entre 2013 y 2014. Ahora, como estratega jefe de multiactivos en BlackRock Investment Institute (BII) repasa las oportunidades, no solo en Europa, también en otras partes del mundo. En estos momentos avisa que "no sería sorprendente ver cómo aparecen realmente presiones inflacionarias", en cuyo caso la Reserva Federal se vería obligada a actuar, y se procupa por las tensiones comerciales. "En este momento, todos se centran en EEUU y China, pero existe un gran problema entre EEUU y Europa que los mercados no esperan", sostiene. En estos momentos, seguimos viendo síntomas de debilidad en diversas partes del mundo. ¿Qué regiones corren el riesgo de resfriarse? Estamos viendo una pequeña desaceleración sincronizada en EEUU, Europa, China y el resto de los mercados emergentes. Básicamente, todos están volviendo a un crecimiento tendencial a largo plazo. EEUU lo hace desde un nivel más alto, de ahí que estemos bastante confiados en que el riesgo de recesión es bastante limitado. En China y Europa vemos dos historias estrechamente relacionadas. Ambos se desaceleraron el año pasado por razones distintas, no obstante, la desaceleración en Europa ha empeorado debido al freno en China. ¿Y dónde deben mirar aquellos que buscan el mayor riesgo-rentabilidad? Principalmente, a EEUU, y en un grado similar los mercados emergentes. El problema con Europa es que las perspectivas de retorno son bastante bajas y los riesgos elevados, lo que no es una buena combinación. En Europa vemos un riesgo político bastante significativo a corto plazo, ya que se ha unido el Brexit con las elecciones europeas y otras dificultades políticas en varios países. Entonces, ¿no existen oportunidades en el mercado europeo? Nuestra posición ha sido infraponderar Europa desde el primer trimestre del año pasado. Eso no significa que no haya oportunidades, pero hay que ser mucho más selectivo. Nuestra activo preferido en este momento en Europa es el crédito corporativo. Por sectores, somos bastante cautos con el financiero, que desafortunadamente constituye una gran parte de las bolsas europeas. Estamos comenzando a mirar de nuevo dentro del sector industrial porque ha sido tan golpeado que vemos emerger cierto valor. Y también nos gustan los sectores de salud y tecnología, pero suponen cuotas relativamente pequeñas en Europa. Usted fue jefa de la misión del FMI para España. Tras un crecimiento por encima de su potencial, el país comienza a mostrar cierta fatiga en un momento en que los riesgos políticos crecen. ¿Le preocupa? España ha sido una historia de éxito en los últimos años y, si se toman los últimos tres como referencia, su mercado de valores realmente ha superado expectativas. Sin embargo, las preocupaciones comenzaron a surgir el año pasado debido al conflicto catalán. Mientras los fundamentos macro sigan sólidos, los mercados no se preocuparán demasiado, aunque el impacto del retorno de la inestabilidad política en España hace que los inversores sean más cautos. Por ejemplo, en los bonos españoles en algún momento tuvimos una sobreexposición a finales del año pasado, pero ahora hemos vuelto a una posición neutra, por la incertidumbre política. La bolsa española tiene un gran peso de bancos, lo que no es una ventaja desde nuestro punto de vista. En cambio, hay muchas empresas que tienen una fuerte exposición a los mercados emergentes, y somos bastante constructivos con respecto a las perspectivas para los mercados emergentes. Así que eso sería una ventaja. Además del 'Brexit', ¿cuáles diría que son los riesgos más acuciantes en Europa? Hay dos riesgos en la mente de los inversores. Uno es el resurgimiento de partidos populistas en las elecciones europeas. Estos partidos típicamente no están a favor de una integración adicional, tampoco tienden a estar a favor del libre comercio por lo que, en general, suponen una mala noticia para el futuro proyecto europeo. No obstante, a corto plazo, podrían implicar una postura más favorable para una mayor expansión fiscal, por ejemplo. Pero la mayor preocupación es cómo va a lidiar Europa con la próxima recesión. Parte de esto dependerá de cuál sea la filosofía del nuevo liderazgo del BCE y en parte dependerá de la disposición de los responsables políticos europeos para utilizar la política fiscal. Existen muchas interrogantes, porque hasta ahora las reglas se han interpretado de una manera bastante restrictiva en este sentido. Por lo que comenta, Europa no estaría en estos momentos lista para enfrentar una recesión, ¿es así? Me temo que eso sería correcto. Los bancos son más fuertes, pero, aun así, son relativamente débiles. El BCE sigue diciendo que tiene todo tipo de herramientas que puede implementar, pero francamente la realidad es que el listón es muy alto. Tendríamos que estar hablando de una desaceleración muy seria para que el BCE reanude la compra de activos. La pregunta es: ¿qué pasará con la política fiscal? En principio, esa es la herramienta que se puede utilizar, pero entonces la pregunta es si esto se convertirá en una fuente de tensión entre el norte y el sur de Europa. Mi sensación es que los mercados estarían preparados para adaptarse a una postura fiscal más favorable, porque se darían cuenta de que esto sería mejor para el crecimiento. Dejando quizás de lado a los países más endeudados, no deberíamos ver una reacción adversa del mercado si Europa decide utilizar su política fiscal para salir de la desaceleración.