Cellnex ha decidido adoptar de manera anticipada la nueva norma contable IFR16 para formular sus cuentas de 2018, pese a que su entrada en vigor se ha producido a 1 de enero de 2019. Ello ha repercutido positivamente en el ebitda, en el que ha sumado 173 millones por los ajustes contables, hasta un total de 418 millones a cierre de 2018, un 18 por ciento más que en 2017 (un 4,5 por ciento en crecimiento orágnico). Para 2019, prevé un nuevo crecimiento de entre el 8 por ciento y el 10 por ciento, hasta una horquilla entre los 640 millones y los 655 millones. Por contra, la nueva contabilidad ha supuesto un aumento de la deuda en más de 500 millones, lo que sumado a las inversiones del año pasado -670 millones ejecutados y otros 1.000 comprometidos hasta 2027- empujó hasta los 3.166 millones de deuda financiera neta en 2018 -frente a 2.237 en 2017-, 4,9 veces ebitda, explicó el director financiero de Cellnex, José Manuel Aisa. Para acometer nuevas inversiones, la firma cuenta actualmente con casi 1.600 millones entre tesorería y líneas de crédito.