Para Gibraltar el tabaco es una de sus principales fuentes de ingresos. Según datos publicados por el Diario de Cádiz, en Gibraltar, con apenas 30.000 habitantes, entraron en 2017 un total de 72 millones de cajetillas, por las que obtuvo 180 millones de euros en derechos de importación. Esta cifra equivale al 26 por ciento de su presupuesto ese año que ascendió a 690,8 millones de euros. Con estos ingresos, Gibraltar tiene dinero suficiente como para padre sufragar su sanidad (168 millones de euros) o las pensiones y la educación (166 millones), según sus propias cuentas del Peñón. El problema es que la mayor parte de este tabaco importado acaba vendiéndose después en España de forma ilegal y sin tributar. En 2014, Gibraltar endureció la legislación para contentar a Olaf, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude, pero, a raíz de los datos, no ha sido suficiente. Desde hace cuatro años las tiendas y los bares solo pueden vender como máximo un cartón por persona al día, lo que equivale a diez cajetillas, frente a los cinco cartones que se les permitía hasta entonces. Asimismo, el Gobierno gibraltareño otorgó poder al Administrador de Aduanas para suspender cualquier licencia de venta, en los casos en los que el titular o algún empleado haya sido acusados de un delito relacionado con el tabaco. Además, se limitó también el horario de venta de ocho de la mañana a ocho de la tarde, se estableció que cada dtienda no pueda tener más de 30 cajas en su almacén, lo que equivale a 50 cartones, y se fijó una serie de zonas rojas, áreas próximas a la Aduana, para todas aquellas personas que no sean residentes en las mismas donde puede haber detenciones y registros.