La CNMC y las empresas alertan sobre la profesionalización del fraude, es decir, sobre la existencia de empresas sin escrúpulos que ofrecen la manipulación de contadores o instalaciones trucadas, con enganches que se activan y se desactivan en función del consumo para engañar a las compañías eléctricas. Hay casos que saltan a los medios de comunicación periódicamente, como las plantaciones de marihuana alimentadas por potentes lámparas dentro de edificios, el de urbanizaciones completas o el de hoteles, bares y restaurantes. En el sector circulan varias máximas, como "si detectas un caso de fraude, mira alrededor, porque habrá más", o "si hay fraude, seguro que hay una actividad económica ilegal asociada", y se apuntan casos típicos, como el del sector terciario, con puntas de consumo los fines de semana e instalaciones trucadas que sólo se activan esos días, en los que, además, no hay inspecciones. Delito de adinerados y pymes Endesa es la única de las grandes empresas eléctricas que ha atendido la petición de elEconomista de comentar abiertamente la situación. Ya en el verano de 2016 remitió un comunicado de prensa en el que analizaba el fraude detectado en sus redes y concluía que el 96 por ciento lo perpetran empresas y particulares con un elevado nivel de consumo -son los que realmente obtienen un ahorro económico relevante-, mientas que las familias con bajos recursos no eran responsables ni del 1 por ciento de los delitos detectados. Endesa identificó 83.522 casos de fraude en 2015, casi un 25 por ciento más que en 2014, y anunciaba que las cifras se superarían ampliamente en 2016. Según sus estimaciones, el volumen de fraude en todo el país podía cubrir la demanda de Sevilla y su área metropolitana durante un año entero. Endesa indica que ha incrementar notablemente los recursos humanos y económicos para la lucha contra el fraude, lo que le ha permitido aumentar las inspecciones. Gracias a las nuevas tecnologías y las herramientas de análisis de datos -el Big Data- está logrando ser cada vez más efectiva.