Los costes de reestructuración rozarán los 600 millones, según Credit Suisse CaixaBank presentó el miércoles a los sindicatos su plan de reestructuración de sucursales, que conllevará la reducción de 2.157 empleos, lo que supone un 7,3 por ciento de la plantilla de la entidad, que ahora ronda los 29.500 empleados. El plan contemplaría recortar 1.913 puestos en la red y otros 244 relacionados con los servicios a las oficinas. Estas medidas, enmarcadas dentro del plan estratégico hasta 2021 que presentó la entidad a finales de noviembre y que conlleva la reducción de casi 800 oficinas, fueron calificadas por los sindicatos de "traumáticas". Los representantes de los trabajadores, en un comunicado, exigían al banco que retirara la condición de "unilateralidad" del documento para continuar con las negociaciones. Fuentes de CaixaBank explicaron a elEconomista que el objetivo era cerrar una negociación consensuada y que esperaba implementar las medidas de forma paulatina, de acuerdo con el avance del plan estratégico. La entidad se ha comprometido con el mercado a reestructurar su red hasta 2021, con el objetivo que concentrar en 3.640 el número de oficinas y ampliar el modelo de centros Store. Este plan, no obstante, también conlleva algunos otros ajustes que el banco debe negociar con los sindicatos, como los horarios. Las oficinas Store, que son las que la entidad pretende impulsar en el área urbana, se caracteriza por contar con un mayor tamaño y más horas de apertura. Además, el banco ha propuesto a los trabajadores ampliar un día el número de jornadas semanales que las oficinas estarían abiertas por las tardes. También quiere incrementar en 45 minutos el horario de atención diaria de todas las oficinas y el radio de movilidad laboral, desde los 25 kilómetros actuale, hasta el conjunto de la provincia. Teruel y Barcelona no se verán afectadas por el plan. En el caso de la región catalana, CaixaBank explica que las progresivas bajas incentivadas han provocado incluso un déficit de trabajadores. Propuesta pendiente La mesa de negociación se puso en marcha el pasado 10 de enero y se producirán nuevas reuniones, donde se conocerán otros datos, como las condiciones para las bajas. Hasta ese momento es complicado valorar el impacto real en costes que la reestructuración tendrá sobre la entidad. Credit Suisse ha realizado una primera aproximación. Estima que mermará en 600 millones de euros el capital del banco en 2019.