Cada vez se consume menos televisión tradicional en España. La conclusión se desprende del último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), estadísticas donde se apunta que la Televisión Digital Terrestre (TDT) registró el pasado verano los niveles más bajos de toda su historia. Las razones de semejante tendencia se desprenden de la pujanza de la televisión de pago a través de fibra óptica o ADSL -incluida en las ofertas convergentes de los operadores Movistar, Orange y Vodafone- . Este mercado elevó sus ingresos el 15 por ciento en términos interanuales durante el segundo trimestre de 2018, hasta los 362,1 millones de euros, con más de 6,64 millones de abonados. Como es tradicional al principio del verano, la cifra de suscriptores de la TV de pago se redujo a finales de junio por la ausencia de competiciones futbolísticas de clubes, momento en el que muchas familias cursan la baja con la intención de replantearse la vuelta cuando comience la Liga y la Champions. En esta ocasión, el pasado verano se desengancharon 80.000 abonados. Para el declive de la TDT también impacta la popularidad de plataformas como Netflix, HBO o Amazon Prime, cuyas series y contenidos a la carta restan horas de pantalla a las ofertas audiovisuales lineales. Según los mismos datos, la televisión por satélite rebajó su facturación el 10,5 por ciento en el último año, hasta los 116,7 millones de euros, con un total de 732.000 abonados. Los 1,38 millones de suscriptores de la TV por cable rebajaron los ingresos de ese negocio el 8,6% en el mismo periodo de referencia, hasta los 64,2 millones de euros. Los ingresos de la televisión online se dispararon el 77,1 por ciento en el segundo trimestre del año, respecto al mismo periodo de 2017.