Ren Zhengfei, fundador y consejero delegado de Huawei, ha roto el hermetismo que caracteriza su relación con los medios para rechazar las acusaciones de que el fabricante chino de equipos de telecomunicaciones espía en beneficio del Gobierno de China, después de que el pasado mes de diciembre su hija y directora financiera de la multinacional, Meng Wanzhou, fuera detenida en Canadá y de que un directivo de la compañía fuese arrestado en Polonia la semana pasada y despedido este fin de semana. El empresario, de 74 años, antiguo oficial del Ejército Popular de Liberación y miembro del Partido Comunista de China, ha defendido en una reunión en Shenzen con un puñado de medios internacionales como Financial Times, CNBC o The Wall Street Journal que "nunca recibió ninguna petición del Gobierno para proporcionar información indebida". "Aún amo a mi país, apoyó al Partido Comunista, pero nunca haré nada para dañar a ningún país del mundo", aseguró Ren un mes después de que su hija fuese detenida en Vancouver (Canadá) a raíz de una orden de extradición emitida por EEUU bajo la acusación de que Huawei había infringido las normas sobre sanciones a Irán al vender al país persa equipos de fabricación estadounidense. "En lo que respecta a la ciberseguridad y la protección de la privacidad, nos comprometemos a estar al lado de nuestros clientes. Nunca haremos daño a ninguna nación o individuo", afirmó el empresario. El Ministerio de Asuntos Exteriores de China, por su parte, aclaró oficialmente que no existe ninguna ley que obligue a las empresas del país a facilitar el acceso a información mediante back doors.