La inesperada marcha atrás en el fichaje de Andrea Orcel se comunicó con la bolsa cerrada, de manera que las acciones del banco no pudieron reaccionar a la noticia. En la cotización de Santander en Estados Unidos -se compran y venden ADR-, el impacto fue mínimo, aunque pasaron del terreno positivo al negativo a lo largo de la tarde. El anuncio también coincidió con la votación del Brexit, importante para Santander, ya que controla un banco en el país. De hecho, uno de los retos que se le asignaba a Andrea Orcel era justo liderar las medidas que debe tomar la entidad para adaptar al banco al nuevo escenario, con la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El otro reto era dar a conocer la actualización estratégica. El banco retrasó la presentación de su nueva hoja de ruta, cuya presentación estaba prevista para octubre, ante la inminencia de las elecciones en Brasil. El tiempo muerto hasta la incorporación de Andrea Orcel habría prolongado esa espera, que ahora ya no tiene razón de ser. En este sentido, Santander ya adelantó ayer que ese es ahora su primer objetivo. "Estoy convencida de que seguiremos trabajando tan bien como lo hemos hecho en los últimos cuatro años, consiguiendo un crecimiento rentable y logrando que cada vez más clientes confíen en Santander para ayudarles a progresar. Presentaremos juntos al mercado una actualización de nuestra estrategia en los próximos meses y estamos convencidos de que Santander tiene por delante una gran oportunidad", señalaba ayer Ana Botín en el comunicado remitido al mercado tras la anulación del fichaje de Orcel. Resultados, el 30 de enero El grupo podría dar alguna pista sobre la fecha elegida para su próximo Investors Day -donde hará público su plan estratégico- el próximo 30 de enero. Esa es la fecha en la que presentará sus resultados de 2018 y, aunque ya estaba previsto que los comunicara José Antonio Álvarez, ahora lo hará con más peso, puesto que se mantiene como consejero delegado. Por el momento, los analistas anticipan que Santander ha logrado un beneficio de 7.700 millones en 2018, una cifra que por ahora no ha permitido a sus títulos recuperarse de los descensos acumulados en 2018, cuando se dejaron un 27 por ciento. Este año, no obstante, avanzan alrededor de un 7 por ciento.