La compensación del ejecutivo por dejar UBS rondaría los 50 millones de eurosSantander ya no cambiará de consejero delegado. El primer banco español anunció el martes que anulaba el fichaje de Andrea Orcel como número dos del grupo. La entidad, que había aprobado la incorporación del banquero de inversión en septiembre, relaciona esta marcha atrás con el alto coste que tendría que asumir para abonar al ejecutivo los salarios diferidos que perdería al abandonar UBS. Teniendo en cuenta la política de retribución de la entidad suiza, esta indemnización podría alcanzar los 50 millones. Santander, sin embargo, no precisó la cifra, aunque la calificó de "inaceptable". De hecho, esa cantidad se saltaba las exigencias del consejo de administración de la entidad, que no esperaba un desembolso superior a 15 millones, y además no cuadraba con la nueva etapa de mayor control de los sueldos autoimpuesta en la entidad y reivindicada por la sociedad. José Antonio Álvarez, actual consejero delegado del grupo, seguirá en sus funciones y la intención de Santander sería mantener esta estructura corporativa. Asimismo, Rodrigo Echenique (véase información en esta misma columna) se mantendrá como presidente de Santander España. Meses a la espera La anulación del fichaje de Andrea Orcel como número dos de Santander pilló tan de sorpresa como el anuncio de su incorporación, que fue inesperada. Mientras que el mercado sí anticipaba que se produjeran relevos en los consejos de otras entidades, como en BBVA, el cambio de Álvarez por Orcel estaba todo menos descontado. La entidad presidida por Ana Botín explicó en aquel momento que con la presidencia de José Antonio Álvarez de Santander España se aseguraba que el cierre de la integración del Popular la iba a liderar un ejecutivo con gran conocimiento del mercado español y del grupo. Echenique es uno de los ejecutivos de mayor confianza de Botín y la presidenta del banco buscaba un nombre de similar peso para la insignia española. Asimismo, la incorporación de Andrea Orcel internacionalizaba el consejo y colocaba a un experto en fusiones y adquisiciones -ha trabajado como asesor en numerosas operaciones impulsadas por el banco español-, como mano derecha de Botín. El perfil de Orcel, sin embargo, obligó a la presidenta del grupo a asegurar que la llegada del que iba a ser el nuevo consejero delegado no modificaría la estrategia del grupo, ya que generó la expectativa de que con su incorporación impulsaría este tipo de operaciones.