La compañía podría exigir el reintegro de acuerdo a una cláusula en su contratoRicardo Currás, ex consejero delegado de Dia, podría verse obligado a devolver un bonus de casi un millón a la compañía. Su contrato incluye una cláusula denominada clawback, por la que tendría que devolver, en concreto, 617.000 euros correspondientes a 2016 y otros 217.000 euros del pasado ejercicio, además del importe liquidado el año pasado, hasta su salida el 24 de agosto, y que todavía no se ha hecho público. Todo ello al margen de los 46.243 euros entregados en acciones e instrumentos financieros entre 2016 y 2017. Dia explica en su último informe de remuneraciones, correspondiente al ejercicio fiscal de 2017, que "el contrato del consejero delegado incluye una cláusula según la cual la sociedad puede reclamar el reembolso de los importes percibidos por éste en concepto de retribución variable anual y plurianual, en caso de que en los tres años siguientes a su liquidación y abono se ponga de manifiesto que (...) se ha producido total o parcialmente en base a información cuya falsedad o inexactitud grave quede demostrada a posteriori, de forma manifiesta, o afloren riesgos asumidos u otras circunstancias no previstas ni asumidas por la sociedad, que tengan un efecto negativo material sobre las cuentas de resultados". Patrimonio neto negativo En el caso de Currás no ha habido falsedad alguna, pero la empresa sí que se ha visto obligada a rehacer las cuentas y registrar fuertes deterioros, con un impacto muy significativo en su balance. El pasado 28 de diciembre la compañía hizo publico que se había visto obligada a registrar un deterioro contable por un importe total de 294 millones de euros, incluyendo el fondo de comercio, el inmobilizado y créditos fiscales. Todo ello ha provocado que sus fondos propios al cierre de 2018 sean negativos, por lo que se ha visto obligada a poner en marcha una ampliación de capital de 600 millones de euros para evitar entrar en causa de disolución. Previamente, Dia había comunicado ya el pasado día 15 de octubre, apenas mes y medio después de destituir a Currás, que se había visto obligada a llevar a cabo un ajuste financiero que podría tener un impacto en el patrimonio neto del año 2017 de hasta 70 millones de euros, una cifra que finalmente rebajó a 56 millones. Este ajuste, que dejó a la compañía al borde de la asfixia, obligándole además a refinanciar 895 millones de deuda, no solo se ha saldado con la salida de Currás, sino también con la de Antonio Coto, que le sustituyó en el cargo en agosto pero que fue destituido poco después, el 28 de diciembre, siendo nombrado en su lugar Borja de la Cierva. Fuentes de Dia se limitaron a confirmar ayer la existencia de esta cláusula en el contrato de Currás, tal y como figura en la documentación pública, pero declinan comentar si se hará efectiva.