El magnate ruso dice que no se cumplen los requisitos para acudir y pide una quita a la bancaS&P alerta de que la compañía puede quebrar en siete meses y los bonistas perder el 40%Dia ha empezado a movilizarse para hacer frente a la amenaza de opa por parte del magnate ruso Mijaíl Fridman, propietario ya de un 29 por ciento del capital. La cadena de supermercados que dirige Antonio Coto ha encargado a Morgan Stanley y Rothschild que busquen un caballero blanco que acuda a la ampliación y sustituya a LetterOne, la sociedad de inversión de Fridman, como accionista de referencia de la compañía. Según fuentes próximas a la operación, la compañía ha despertado ya el interés de varios fondos de capital riesgo, que estarían analizando su posible desembarco. Aunque LetterOne todavía no ha confirmado si acudirá o no a la ampliación sí que ha advertido ya, tanto a la propia empresa como a la banca acreedora, que ésta no cumple con los requisitos mínimos para su aceptación y habría exigido una quita. El pasado lunes Stephan DuCharme, mano derecha de Fridman que ha dimitido hace dos semanas como presidente de la compañía, remitió una carta a su sucesor en el cargo, Ricard Golding, en el que dejaba muy clara su posición. En la misiva, DuCharme explica que ha recibido un correo electrónico en el que se le informa que FTI Consulting, el asesor de la banca acreedora, se ha dirigido a PJT Partners, el banco de inversión que trabaja para LetterOne, para confirmar si va a votar a favor en la junta de accionistas de la ampliación de capital y el resto de propuestas que pueda realizar el consejo de administración de Dia, incluida la aprobación de las cuentas. DuCharme comunica al presidente de la compañía su respuesta a FTI Consulting, alertando de numerosas incertidumbres al respecto, que le impiden tomar por ahora una decisión sobre la recapitalización de la compañía. "Las disposiciones descritas en el borrador no cumplen actualmente los requisitos mínimos exigidos por LetterOne", asegura. En sus manos está el 29 por ciento del capital de Dia con el que podría ejercer presión en la próxima junta de accionistas para derrocar los planes previstos por la dirección, entre ellos la ampliación de capital de 600 millones. El representante de Fridman advierte, además, que "observan que el borrador de la operación no está condicionado a la aprobación o apoyo de LetterOne de ninguna manera". "La hoja de ruta propone una financiación puente a corto plazo para otra completa que se llevará a cabo el año próximo. En esta fase, la estructura y las condiciones de una refinanciación son desconocidas, al igual que el éxito de una nueva emisión de acciones", se asegura en la carta. "Gran incertidumbre" LetterOne explica que ha recibido la propuesta de Morgan Stanley para suscribir parte de la ampliación y responde que están "tomando nota del volumen propuesto", recordando de nuevo que su apoyo "no es una condición" para sacarla adelante. "Consideramos que existe una gran incertidumbre en cuanto a si las condiciones del volumen de suscripción propuesto puede ser satisfecho, y por ello, la propuesta de Morgan Stanley no cumple actualmente con los requisitos mínimos de LetterOne", insiste el grupo. El magnate ruso, que rechazó el pacto de refinanciación bancaria, reclama asimismo un plan de inversión muy ambicioso y un cambio en el consejo de administración. "Es necesario un consejo con un alto nivel de conocimientos y experiencias para apoyar al equipo directivo en la implementación de un nuevo plan estratégico y desarrollo del negocio". El primer accionista de la compañía concluye que "ante la ausencia de los requisitos mínimos no estamos en disposición de apoyar la propuesta", mostrando su disposición a trabajar en una solución con el resto de accionistas, asesores y acreedores para sacar adelante la compañía en beneficio de todos sus socios. Ahora son los bonistas Los accionistas de Dia que hayan aguantado estoicamente su posición desde el pasado 1 de enero han perdido más del 90 por ciento de su inversión. Pero ahora podría ser el turno de los bonistas. La agencia de calificación S&P rebajó ayer de nuevo la calificación de la deuda de Dia, que ya se encontraba dentro de la categoría de bono basura, pasando desde un rating de B a CCC+. Este escalón implica, dice la agencia, que, en caso de producirse una quiebra, los bonistas de la compañía "recuperarían solo un 60 por ciento de su inversión". Dentro de la deuda bruta total de Dia, 905 millones de euros están emitidos en el mercado en tres tramos diferentes, el primero de ellos con vencimiento el próximo mes de julio. La rentabilidad exigida a estos bonos ha vuelto a dispararse en las últimas sesiones y al papel a 2019 se le exige ya un retorno del 77,9 por ciento, según Bloomberg. En el caso de los títulos emitidos con vencimiento a 2021, la rentabilidad se sitúa en el 24,4; y hasta el 14,7 por ciento para la emisión de cara a 2023. S&P asegura que existe un riesgo de "quiebra" relevante durante los próximos siete meses considerando "la débil liquidez" con la que cuenta la compañía y vencimientos a corto plazo por un importe de 760 millones de euros que debe hacer frente hasta el próximo mes de julio del año 2019. La agencia también alude a los 1.000 millones de euros en deuda a largo plazo. Además, los expertos consideran que existe "un elevado riesgo de ejecución" para sacar adelante la ampliación de capital por valor de 600 millones de euros que Dia pretende llevar a cabo el próximo mes de marzo.