Mumablue es una empresa que produce literatura infantil interactiva. Sólo en 2017 vendieron más de 100.000 cuentos en España, Francia y Alemania. La compañía apuesta por entretener a los niños al mismo tiempo que potencia sus capacidades cognitivas. "Queremos inculcar el amor por los libros. Cada uno de nuestros cuentos relata una historia, que tiene un trasfondo psicológico en la educación de los más pequeños", explica la fundadora de Mumablue, Cristina Rodríguez. ¿Cómo surge la idea de emprender en literatura para niños? Quería que fuesen los niños los que se acercaran a la lectura y no al revés, como veía en algunos casos en los que los padres tenían que perseguir al niño para que leyese. Mi objetivo era devolver el placer de leer a los más pequeños de la casa mediante la personalización de los cuentos, convirtiendo a los niños en los protagonistas de los libros y así conseguir que se impliquen más en la lectura. ¿Quién no leería un cuento que va sobre uno mismo? ¿Cómo se convierte en protagonista el niño? Ya no es un perrito o un conejito el que resuelve el conflicto, son ellos. Al ser protagonistas de su propio cuento aprenden a resolver el conflicto que se plantea en la historia, aprendiendo en mayor profundidad la moraleja de los mismos, mientras se divierten. La unión perfecta entre tecnología y educación. ¿Cómo se está desarrollando su expansión internacional? Actualmente estamos presentes en Europa, Estados Unidos, Australia, Singapur y Nueva Zelanda. El éxito de Mumablue en el extranjero ha venido dado porque creamos historias que todos los niños del mundo pueden entender, para ello, hemos construido un equipo de más de 10 nacionalidades distintas que aportan y crean un entorno adaptado a la cultura y al país en el que vendemos. Nuestros cuentos están en más de 6 idiomas y queremos seguir ampliando. En muchos países los nombres de los niños son muy largos, al ser compuestos, por lo que hemos adaptado nuestras textos a ellos. También construimos avatares de todas las etnias y rasgos físicos, donde son posibles más de 300.000 combinaciones diferentes. Respecto a esto, muchísimos padres nos dan las gracias porque hemos conseguido que su hijo aparezca en un cuento, ya que la mayor parte de los cuentos sólo tienen la raza blanca como la raza principal. ¿Es habitual en España emprender en este sector? En el último año muchas empresas se han aventurado al mundo de la literatura infantil, quizá porque como sociedad estamos cambiando. Los padres del siglo XXI están tratando de dejar a un lado el uso de la tecnología para todo y cambiar esta tendencia. Están cada vez más preocupados por pasar tiempo de calidad con sus hijos y qué mejor que leer un cuento juntos antes de dormir. ¿Qué aspetos considera que habría que cambiar o mejorar? En España la literatura infantil no está bien valorada. La gente considera que regalar un juguete tiene más valor que un libro. Esto hace que los cuentos queden muchas veces fuera de la cesta de la compra. Sin embargo, en otros países, como Francia, la literatura está mejor valorada. ¿Qué planes de futuro tienen? De cara al año que viene queremos estabilizar nuestra expansión internacional, seguir creciendo en nuevos países. Además, apostamos por construir una marca única que nos permita acompañar a los niños en su educación con la incorporación de nuevas historias y productos.