La UE tumba por primera vez las Cuentas de un socio, y da a Roma tres semanas para rehacerlasEuropa respondió ayer no solo con palabras al desafío del Gobierno populista y soberanista italiano. El encontronazo con Bruselas, que se veía venir desde que el Movimiento 5 Estrellas y la Liga formaron un Gobierno que prometió disparar el gasto público, llegó con el rechazo de su Presupuesto para 2019. Una medida sin precedentes desde que la UE introdujera esta posibilidad en 2013 para reforzar el control de las economías de los socios del euro tras las lecciones aprendidas durante la crisis. La Comisión Europea dio ayer tres semanas a Roma para que elabore de nuevo las cuentas, incluyendo los ajustes que le pide para reducir su enorme deuda pública superior al 130 por ciento de su PIB. Si no lo hace, podría abrirle de nuevo un procedimiento de déficit excesivo, que remotamente podría derivar en una sanción económica. Si la Comisión ha sido demasiado generosa con los Estados miembros al aplicar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (las normas que limitan el déficit y la deuda), Italia se lleva la palma. Desde 2015, la institución perdonó más de 30.000 millones de euros en ajustes que Roma debería haber cumplido. Pero el desafío planteado a Bruselas por el líder de M5E, Luigi Di Maio, y de la Liga, Matteo Salvini, "no tiene precedentes", advirtieron por carta la semana pasada los responsables económicos de la CE, el videpresidente Valdis Dombrovskis y el comisario Pierre Moscovici. El Ejecutivo comunitario tenía una semana más para enviar de vuelta el borrador a Italia, pero el colegio de comisarios decidió ayer no esperar más. "No tenemos alternativa", comentó Dombrovskis. El lunes, el ministro de Finanzas italiano, Giovanni Tria, respondió a la última súplica de la Comisión para que enmendaran el borrador con una confesión de culpa, aunque confiaba en el crecimiento para cumplir con las metas fiscales. Pero en Bruselas no creen en milagros. Si la UE demanda a la tercera economía de la eurozona un ajuste del 0,6 por ciento de su PIB el próximo año, Roma propone unas cuentas expansivas de casi el 1 por ciento. Según recordó Dombrovskis, pueden tolerar hasta un desvío del 0,5 por ciento en total en dos años consecutivos. Pero Italia quiere que la UE trague con más del triple en tan solo un año. El Gobierno italiano, y sobre todo Salvini, el nuevo héroe para todos los adversarios del statu quo comunitario, confían su apuesta a que Bruselas se lo pensará dos veces antes de usar las limitadas herramientas que tiene con unas elecciones europeas a la vista el próximo mayo. Salvini ya se puso la venda antes de la herida al lanzar la nueva plataforma populista con Marine Le Pen este mes. Acusó a los "burócratas de Bruselas" de ser "los enemigos de Europa", y agitó el fantasma de la tan temida austeridad en estos tiempos de crecimiento económico. Moscovici prefirió ayer evitar el cuerpo a cuerpo y le respondió que "la deuda pública es la enemiga de la economía y de la gente". Le recordó que su país pagó el año pasado 65.000 millones en intereses, la cantidad reservada para Educación en el presupuesto nacional. "Lo que nos preocupa es el impacto presupuestario en los ciudadanos", añadió. Berlusconi dimitió por ello También preocupa la reacción de los inversores si Italia continúa desbocada. No obstante, se confía en que la disciplina de los mercados tenga el efecto que ya tuvo con el precursor de este populismo italiano, Silvio Berlusconi. El empresario se vio forzado a dimitir en noviembre de 2011 también por su rechazo a aplicar los recortes solicitados por Bruselas tras la embestida de los mercados. Pero el Ejecutivo italiano no solo no teme el procedimiento de infracción comunitario, sino que parece desearlo. Un combate abierto con Bruselas se convertiría en una oportunidad de cara a la campaña de las próximas elecciones europeas, sobre todo para Salvini. El vicepresidente del Gobierno y líder de la Liga se postula como candidato a la presidencia de la Comisión en caso de victoria de una coalición eurófoba. El repunte de la prima de riesgo transalpina, alentada por la bajada de rating por parte de Moody's, fue minimizada por Roma. En su cuenta de Twitter, Claudio Borghi (Liga), presidente de la Comisión Presupuestaria del Parlamento, comparó la situación italiana con la española y destacó el alza de nuestra prima con un Gobierno "comprometido en evitar desastres". No en vano, el efecto contagio es lo que más preocupa en la capital comunitaria, en un momento de demasiadas incertidumbres en la economía internacional y en el que el ciclo expansivo empieza a mostrar señales de agotamiento.