Auara da la oportunidad de beber agua limpia a miles de personas alrededor del mundo. Gracias a la valentía de Antonio Espinosa y un grupo de jóvenes emprendedores españoles, algo ordinario como beber agua limpia será algo extraordinario en países como Kenia, Tanzania o India. ¿Qué balance hacen de su actividad desde su creación en 2015? Ha sido la decisión más arriesgada de mi vida y un camino durísimo en todos los sentidos, pero no lo cambiaría por nada. La motivación fundamental sigue siendo la misma, ayudar a que las personas más pobres del planeta, que no tienen ni siquiera agua potable, tengan una vida mejor. Cada día me gusta más el concepto de Glocal: buscar el impacto positivo en los ámbitos más cercanos, con quienes trabajan a nuestro lado, a la vez que cambiar el mundo a gran escala. Pactaron ante notario que todo el dividendo generado en Auara tendrá como finalidad los proyectos sociales. ¿Qué porcentaje supuso en 2017? La empresa no dio beneficios en 2017. Ha sido nuestro primer año completo y es normal que las empresas tarden algunos años en dar beneficios, pero aun así invertimos en proyectos sociales como un gasto más de la empresa. ¿Auara es 100 por cien sostenible? No sé si Auara es una empresa 100 por cien sostenible. No sé si alguna empresa en el mundo lo es o ni siquiera si una empresa puede ser 100 por cien sostenible. Lo que sí creo es que estamos haciendo el mayor esfuerzo que podemos por mejorar cada día, desde las cosas pequeñas a las grandes. Hemos sido la primera marca en Europa en fabricar todas nuestras botellas con material 100 por cien reciclado porque creemos en ello. La sostenibilidad tiene que ver con promover un consumo responsable, con concebir la empresa como algo más que un generador de dinero. ¿Cree que está de moda la palabra 'sostenible'? Sí, muy de moda. Y el problema es que distorsionemos su significado. Es importante que seamos rigurosos y honestos. Lo primero es que la sostenibilidad sea una convicción bien entendida, y luego ya comunicaremos que somos sostenibles. Pero si la sostenibilidad es una excusa para vender más, hay un problema. ¿Qué valoración hace de la presencia de la RSC en las empresas en España? ¿Estamos concienciados? La RSC auténtica es la que no necesita un departamento, porque está en el mismo ADN de la empresa y es más una cultura corporativa transversal que se impulsa desde la dirección hasta los detalles más pequeños. Cuando es auténtica, genera un gran vínculo con el cliente, porque genera confianza, pero cuando es postureo acaba generando desconfianza. Lo que creo que falta en España, más que conciencia de RSC, es convicción. Hay cosas que hay que hacer porque son buenas y debemos hacerlas. Y a largo plazo siempre es positivo para el negocio. En España se emprende menos que en Europa. ¿Qué cualidades debe tener un emprendedor del siglo XXI? Creo que hacen falta tres cosas fundamentales en la actitud: idealismo, tolerancia al riesgo y compromiso. Aparte de eso, es necesaria la formación, el entorno económico favorable y seguridad jurídica, pero si hablamos de cuali- dades lo fundamental es que haya personas dispuestas a arriesgarse y a perseverar por cosas en las que creen.