BBVA colocó ayer participaciones perpetuas eventualmente convertibles en acciones o CoCos por importe de 1.000 millones de euros. En la operación participaron por primera vez inversores institucionales españoles en una emisión de estas características. La demanda por este tipo de instrumentos híbridos superó los 5.000 millones y el cupón se fijó en 5,875 por ciento. La entidad, que ya tiene cubierto el colchón de capital de este tipo de deuda que le exigen los reguladores, gana flexibilidad en su plan de refinanciación de emisiones existentes y en su objetivo de optimizar costes.