La CNMC les da seis meses de plazo para acabar con la confusión del consumidorLa Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha obligado a las eléctricas y gasistas con filiales que desarrollan actividades reguladas de distribución y comercialización a cambiar la imagen de marca de estas subsidiarias para evitar confusiones con otras sociedades del mismo grupo empresarial que vendan energía en el mercado libre. El regulador da así seis meses de plazo a Endesa, Iberdrola, EDP, Viesgo y CHC para acometer unos cambios que ya han realizado Teramelcor y Naturgy. Hace dos décadas que se liberalizó la actividad de comercialización de energía, pero hasta 2012 no se reguló que las compañías verticalmente integradas debían diferenciar claramente las identidades de las filiales libres de las reguladas. En aquel momento, los grandes grupos añadieron expresiones como "distribuidor" o "comercializador de referencia" a las subsidiarias reguladas, pero no cambiaron su marca, ni los formatos de las facturas, ni abrieron páginas web o líneas telefónicas específicas. El resultado de la liberalización, según la CNMC, es que el número de clientes en los mercados libres de electricidad y gas se han ido incrementando y ya suponen el 60 por ciento en el primer caso y del 79 por ciento en el segundo. Pero resulta que un 70 por ciento de los consumidores que han cambiado tarifas reguladas por precios pactados lo han hecho con firmas del mismo grupo empresarial y que ocho de cada 10 abonados no sabe si su contrato pertence a un mercado o a otro. A la vista de estos datos, la CNMC considera que los grandes grupos han aprovechado la escasa diferencia entre sus sociedades reguladas y liberalizadas para falsear la competencia y aumentar sus ingresos, logrando que los abonados paguen más por el mismo suministro. Y tras recibir las denuncias de la OCU y otras asociaciones de consumidores, la CNMC ha decidido que las grandes distribuidoras y las comercializadoras reguladas cambien su denominación social y su logotipo -imagen de marca-, sin que haya margen para la duda sobre su identidad en la información que dan a los consumidores por cualquier canal de comunicación. Medidas similares se aplican en otros países, como Portugal o Francia.