Los fondos preparan una oferta conjunta de unos 3.000 millones por la sedeLos fondos Blackstone (a través de su filial de crédito GSO) y Centerbridge unen fuerzas para presentar una oferta conjunta por la Ciudad Financiera del Banco Santander por unos 3.000 millones de euros, según confirman fuentes conocedoras de la operación a elEconomista. La sede operativa del grupo que preside Ana Botín, situada en Boadilla del Monte (Madrid), está en manos de la empresa Marme Inversiones 2007 -liderada por la compañía británica Propinves- desde hace once años. El Santander vendió la Ciudad Financiera en 2008, en plena crisis inmobiliaria, por 1.900 millones de euros, obteniendo entonces unas plusvalías de 605 millones. La firma Marme dejó de afrontar en 2011 el pago de los créditos que solicitó para hacerse con la Ciudad Financiera, entrando así en concurso de acreedores. Ahora, el titular del Juzgado de lo Mercantil número 9 de Madrid, que lleva la liquidación de la compañía, ha pedido a los interesados que presenten ofertas de compra por la Ciudad Financiera el próximo lunes 17 de septiembre. Blackstone ya tiene gran parte de la deuda de Marme Inversores. Varios fondos de inversión han ido adquiriendo una alta exposición de los créditos de la compañía dueña de la Ciudad Financiera y solo éstos pueden presentar ofertas por la sede operativa del grupo cántabro, según informan fuentes del mercado. No obstante, el Banco Santander, que tiene arrendada la sede durante 40 años a contar desde el año en el que la vendió, también tiene derecho de tanteo sobre la misma. Desde la entidad no hacen comentarios al respecto sobre si van a utilizarlo. La Ciudad Financiera, diseñada por el arquitecto irlandés Kevin Roche, fue inaugurada en 2004. El titánico proyecto, siempre atribuido a la pretensión de Emilio Botín, ocupa una extensión de 250 hectáreas, de las que el 60 por ciento se destinó a zonas verdes. El complejo alberga nueve edificios que acogen a los más de 4.000 empleados de los servicios centrales. La Ciudad Financiera pronto convenció a los empleados de la entidad, pese a estar a 30 kilómetros de la capital madrileña, por el atractivo de sus instalaciones, que cuentan con gimnasio, piscina cubierta, guardería, médico, peluquería, restaurantes, además de campo de golf. Emilio Botín puso el colofón final con el capricho de plantar hasta ocho olivos centenarios.