Al margen del efecto sobre la banca, preocupa la exposición comercialEl azote que tambalea a la lira turca sopla en contra de la economía del Viejo Continente. Paralelamente al sector bancario, principal canal de contagio a la crisis en Turquía, la confianza comienza a desvanecerse en un momento en que las tensiones comerciales y otros factores azuzan las previsiones de crecimiento de Europa. De hecho, antes de que las tensiones procedentes de Ankara hayan llevado al euro a romper los 1,138 dólares, su menor nivel en más de un año, casi una treintena de instituciones que monitoriza Consensus Economics habían recortado ya entre los meses de marzo y julio sus previsiones de crecimiento para Europa este año, según The Wall Street Journal. Ahora, las perspectivas apuntan a un crecimiento del 2,2 por ciento, dos décimas menos de lo previsto anteriormente. En este sentido, uno de los talones de Aquiles está en las manufacturas, un sector que el año pasado instigó la aceleración de la economía europea pero que en estos momentos muestra los primeros signos de fatiga. Durante la jornada del lunes, la canciller alemana, Angela Merkel, matizó que la desestabilización económica en Turquía no es de interés de nadie. "Alemania quiere una Turquía próspera por nuestro propio interés", aseguró, al tiempo que señaló que toda la UE es beneficiaria de la estabilidad de un país muy cercano al bloque europeo. Está previsto que Erdogan visite Alemania el próximo 28 y 29 de septiembre. Antes del encuentro, Merkel confirmó que tiene previsto hablar telefónicamente con el presidente turco. "Además del canal financiero, también hay otros canales de contagio, incluida la exposición comercial a la economía turca", señala Ken Wattret, economista para Europa de IHS Markit, quien incide que, como en el caso de los bancos, "la exposición de los países europeos a las exportaciones de Turquía varía considerablemente".