El 88,41 por ciento del capital de Iberdrola optó por recibir nuevas acciones de la empresa, uno de los porcentajes más altos desde que se puso en marcha el programa de Dividendo flexible de la energética, en línea con el porcentaje registrado en enero. Así, se ha mantenido la preferencia de los accionistas de Iberdrola en recibir acciones, a pesar de que, por primera vez desde la puesta en marcha en 2010 del sistema de scrip dividend (pago en papeles), se eliminaba la opción de vender los derechos de asignación a la compañía a un precio fijo garantizado, que ha quedado sustituida por el cobro directo del dividendo en efectivo. Para hacer frente al resultado del programa, la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán emitió 157,6 millones de acciones nuevas, en el marco de la ampliación de capital prevista para hacer frente a este sistema retributivo, lo que supone un incremento del 2,53 por ciento de su capital. El pago, de 18 céntimos por acción, era el complementario al de enero -de 0,32 euros- para cerrar el dividendo con cargo a las cuentas de 2017.