Los impagos, que llegaron a representar el 40% en 2013, bajan a 12.650 millonesLa morosidad del sector promotor sigue siendo un problema y un lastre para la banca, pero en los últimos años se ha ido reduciendo de manera progresiva y ya apenas representa un 16 por ciento del total. En el peor momento de la crisis llegó a suponer más de un 40 por ciento. La venta de carteras, el canje de deuda por inmuebles y el cierre por completo de financiación nueva a este tipo de clientes, además de la recuperación de la economía y del sector del ladrillo, en particular, han permitido que en el primer trimestre de este año los créditos dudosos que acumulan las entidades a este colectivo se sitúen en 12.652 millones, un cifra que es un 56 por ciento inferior a la de marzo de 2017 y que es menor, incluso, que a principios de 2008, justo antes de que la crisis arreciara con la caída de Lehman Brothers en EEUU. En el ejercicio 2013 la morosidad de los promotores inmobiliarios alcanzó su máximo, con 67.190 millones de impagos al sector financiero sin contar con los préstamos que fueron traspasados por las entidades rescatadas a la Sareb. Desde entonces no ha dejado de bajar y ya casi es la mitad del importen de insolvencias hipotecarias por parte de las familias, cuyo volumen está descendiendo pero a un ritmo mucho menos elevado. El ratio de mora de los promotores es del 12 por ciento, un porcentaje contrasta con el 30 por ciento de 2012, pero todavía es muy superior a la de otros sectores y al de la compra de viviendas por parte de particulares. En hipotecas se limita al 4,5 por ciento, por ejemplo, y en agricultura, al 7 por ciento. Únicamente los impagos están subiendo en un segmento de negocio, en la financiación al consumo de las familias, aunque de manera controlada. Las entidades llevan tiempo aprovechando el tirón de la recuperación de la economía con un aumento de los préstamos, vía tarjetas o contratos personales, hasta el punto que el saldo total avanza ya a ritmos superiores al 20 por ciento. En concreto, las insolvencias de la financiación al consumo subió en el primer trimestre de este año a 1.381 millones, es decir, un 11 por ciento. Aún así, la tasa se mantiene en niveles reducidos, en el entorno del 3 por ciento. El total de morosos que sufre la banca ha mermado significativamente en los últimos ejercicios, presionados por los reguladores y por la necesidad de soltar lastre para mejorar su rentabilidad en estos tiempos alargados de tipos negativos. El volumen de dudosos se situaba en marzo en 83.271 millones, que algo menos de la mitad que en 2014. De este importe, 47.362 millones procedía de empresas, mientras que el pago de deuda que presentaba retrasos era de familias, administraciones públicas y organizaciones sin ánimo de lucro. Se espera que este año el recorte de dudosos registre récord histórico con más de 40.000 millones. Sólo en el primer trimestre, la disminución fue de más de 14.000 millones. La construcción, la mayor tasa Por tipología de empresas, tras la promoción inmobiliaria el sector que más morosos aporta a los bancos es la industria, con 7.836 millones, seguido del comercio y las reparaciones -6.938 millones- y las reparaciones. Pero, es la construcción de obras e infraestructuras el segmento de actividad que sufre más problemas de pago, más que el ladrillo incluso, ya que su tasa de mora roza el 18 por ciento. Sus insolvencias llegan a casi 6.000 millones. La hostelería también tiene dificultades de asumir sus compromisos y su ratio de insolvencias llega al 9,7 por ciento.