Un año después de la adquisición no descarta que todavía pueda encontrar riesgos ocultos en el balanceEl Santander reconoce que un año después de la compra de Banco Popular, la entidad no puede "descartar" que todavía pueda encontrar riesgos ocultos dentro del banco adquirido que puedan pasar factura a sus resultados. La entidad presidida por Ana Botín, de alguna forma culpa de esta circunstancia a la información que recibió en la adquisición en un informe remitido ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "No puede descartarse que la información facilitada por Banco Popular al mercado o al Banco contuviera errores u omisiones. Como consecuencia algunas de las estimaciones con base en las que Banco Santander tomó la decisión de la adquisición podrían ser inexactas, incompletas o incorrectas", precisa. En este sentido, la entidad previene que esa falta de visibilidad y la posibilidad de que existan "riesgos desconocidos" podrían pasar factura a los beneficios y las sinergias esperadas con la integración y reconoce que no verificó "de forma independiente" esta información. Hasta el momento, Santander no ha desglosado información económica individualizada de Popular. En principio, se espera que la entidad aporte alguna información adicional en octubre, cuando está previsto que dé a conocer al mercado su nuevo plan estratégico. En la información aportada a la CNMV, Santander también reconoce que la adquisición de Popular le expone a riesgo de litigios y se hace eco de que algunos inversores han anunciado su intención de analizar, o que ya ha interpuesto, reclamaciones de "variada índole" contra la resolución de Banco Popular aprobada por la JUR. El mismo coste Santander aún no ha determinado el impacto económico que van a tener las diversas vías judiciales abiertas por la compra del Popular ya que algunos denunciantes no clarifican sus pretensiones y pueden surgir interpretaciones nueva. Así, de momento mantiene el coste en los 535 millones que se han aplicado al bono de fidelización.