El directivo ha despedido en los últimos meses a varios de los ejecutivos críticosLa Sociedad General de Autores y Editores, la SGAE, afronta hoy una de las asambleas más conflictivas de toda su historia. Además de ratificar las cuentas y la gestión del último ejercicio, los socios deben votar una modificación en los estatutos que permitiría al actual presidente de la entidad, José Miguel Fernández Sastrón, presentarse a la reelección después de ocho años en la junta directiva, algo que impiden los estatutos actuales. El directivo logró que la modificación se aprobara en la junta directiva únicamente con su voto y llega ahora a la asamblea con gran parte de los autores en su contra. De hecho, un grupo de 500 socios, entre los que destacan nombres como el de Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, Alejandro Amenábar, Santiago Segura, Pedro Ruiz o Kiko Veneno, se han unido contra la reforma de los estatutos pidiendo el voto en contra para evitar que Fernández Sastrón, según dicen, se pueda "perpetuar en el cargo con el apoyo de los músicos de la Rueda", el presunto fraude la música nocturna investigada por la Justicia. Intervención En una rueda de prensa celebrada la semana pasada en el Círculo de Bellas Artes, los portavoces de este grupo reclamaron al Ministerio de Cultura que interviniera la entidad y se hiciera responsable todo el proceso de transición hasta la celebración de las próximas elecciones, que están previstas inicialmente para el próximo mes de noviembre. Aunque el PSOE había solicitado en los últimos meses en varias ocasiones la intervención, el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez ha rechazado por ahora tomar el control de la entidad, aunque ha advertido que no aprobará la reforma si no hay consenso necesario. En los últimos meses, Fernández Sastrón ha llevado a cabo por otro lado una reestructuración de la cúpula directiva. El pasado mes de marzo la SGAE destituyó así a Luis Felipe Palacios, el director general, por discrepancias contables. Y del mismo modo, han abandonado también la compañía Carmen Pacheco, la directora de socios; el director general de la Fundación SGAE, José Luis García Canido o Cristina Perpiñá, directora de asuntos regulatorios internacionales. De la junta directiva, compuesta por 39 miembros, han dimitido en los últimos meses tres de sus integrantes, como el cineasta Fernando Colomo, por discrepancias con la dirección, por lo que en total junto a los despidos ha perdido a 10 de sus miembros. Al margen de los estatutos, otro de los puntos críticos son las cuentas. En una conversación intervenida por la Policía el anterior director general, Luis Felipe Palacios admitía a uno de los socios, Rafael Tena -investigado en este proceso- que las cuentas no cuadraban. "No hay trazabilidad entre recaudación y reparto. No cuadran las cosas. Entra el dinero y sale el dinero sabe dios cómo, porque la gente no lo controla", aseguraba entonces Palacios.