El presidente del banco confía el alza del valor de la entidad a la subida de tiposEl presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, lanza un mensaje al nuevo Gobierno: no hay necesidad de alargar el plazo de venta de la entidad. El Ministerio de Economía, encabezado por Nadia Calviño, mantiene a través del Frob el 60,9 por ciento del banco y tiene, por ley, un plazo para desinvertir que culmina en diciembre de 2019. No obstante, el Ejecutivo puede prorrogar este límite por real decreto, como ya se hizo en 2016. Goirigolzarri aseguró ayer que no se puede "eternizar" la privatización del banco. El presidente de Bankia reconoció que ahora no es un buen momento para vender, ya que el sector financiero está penalizado en el mercado por los bajos tipos de interés, pero se mostró convencido de que el valor de la banca va a subir en los próximos meses una vez cambie la política monetaria. "Queda un año y medio, cuando llegue el momento, ya se verá", aseguró durante su comparencia en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera. Rechaza una banca pública A su juicio, no hay más salida que la privatización y rechaza tajantemente la posibilidad de mantener Bankia como una entidad pública, frente a algunas voces del PSOE y de Podemos. Goirigolzarri defendió que utilizar el banco como un instrumento contracíclico de crédito solo conduce a que se asuman riesgos que rechazan otras entidades y, en consecuencia, a la crisis financiera. "Si dedicamos el dinero de los españoles a tener participaciones en un banco, es que no lo dedicamos a sanidad o educación", aseguró para matizar finalmente que sería un "despropósito". Por otro lado, el presidente de Bankia aprovechó su intervención para contestar a su antecesor, Rodrigo Rato, quien aseguró en enero, ante esa misma comisión, que Goirigolzarri pidió una inyección de 19.000 millones de euros para recapitalizar la entidad cuando entró y amenazó con marcharse si no se hacía. Así, el ejecutivo explicó que la entidad remitió al Banco de España en junio de 2012 un plan de saneamiento en el que se fijó una necesidad de capital de 19.000 millones de euros. Sin embargo, aseguró que ese plan "nunca se materializó". El Gobierno solicitó en junio de ese año una línea de ayuda a la UE de 100.000 millones, que desembocó en un Memorándum de Entendimiento a raíz del cual la Comisión Europea estableció que las necesidades de capital de cada banco se basarían en un análisis independiente. Este análisis, elaborado por Oliver Wyman, determinó que el grupo tenía unas necesidades de capital de 24.743 millones, que finalmente se redujo a 17.959 millones tras la aportación de capital privado por parte de los tenedores de instrumentos híbridos. Respecto a la devolución de las ayudas que obtuvo la entidad, Goirigolzarri señaló que dependerá del momento y del precio. "Parece que decimos que si no se devuelven las ayudas, fue una mala decisión inyectar capital público", lamentó. "Se rescató a personas que son los depositantes, independientemente de cuál sea el resultado, la decisión fue acertada", señaló. Finalmente, descartó la propuesta socialista de imponer un gravamen a la banca para financiar las pensiones, porque sería discriminatorio y fragmentaría el mercado.