El presidente de la CNMV defiende el peso del regulador español frente a EuropaSebastián Albella, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), inauguró ayer la jornada Retos y Oportunidades de la Banca organizada por elEconomista. Albella fue el encargado de presentar a Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario europeo del Euro, señalando que, por las cuestiones de las que se ocupa, es "el comisario más importante para todos los que asistimos a este evento, incluido yo mismo". También recordó que Dombrovskis fue ministro de Finanzas de Letonia entre los años 2009 y 2013 y señaló que ambos países, pese a que habitualmente se percibe que no tienen un nexo especial, comparten "un entusiasmo genuino por el proyecto de la Unión". Albella quiso aprovechar su intervención en el foro organizado por este periódico para abordar dos cuestiones relevantes. Por un lado, el fenómeno de las criptomonedas, "un asunto cada vez más popular", indicó. El presidente del regulador de los mercados españoles señaló la diferencia entre las ICO (inicial coin offerings), que son los procesos de captación de financiación para el lanzamiento de una criptomoneda, y las criptomonedas puras, como el bitcoin. Una normativa apropiada "En el caso de las ICO, el marco regulatorio actual de la Unión Europea podría ser suficiente para asegurar un nivel adecuado de protección a los inversores. Sin embargo, la emisión, comercialización y negociación de cripto assets puros necesita una regulación específica de la UE, ya que difícilmente encajan en el marco de las normas financieras actuales", afirmó. En su opinión, aspectos como "la información mínima a facilitar a los compradores de estos activos, la custodia -que es crítica en este ámbito-, la transparencia de las tarifas y las reglas para un funcionamiento adecuado de las plataformas de negociación deberían quedar sujetas a una regulación apropiada y común en Europa". En cualquier caso, añadió que la CNMV valora muy positivamente las declaraciones realizadas en febrero por Valdis Dombrovskis asegurando que la UE está preparada para regular las criptomonedas si los riesgos asociados no se abordan pronto a nivel mundial. No es la primera vez que el regulador de los mercados alerta de los peligros que para los particulares entrañan las criptomonedas. En un comunicado publicado el pasado mes de febrero, el organismo advertía de que "en este tipo de inversiones existe un alto riesgo de pérdida o fraude", señalando que "es esencial que quien decida comprar este tipo de activos digitales o invertir en productos relacionados con ellos considere todos los riesgos asociados y valore si tiene la información suficiente para entender lo que se le está ofreciendo". Además, añadía que el valor de las criptodivisas "oscila fuertemente, por lo que no pueden considerarse un buen depósito de valor". Defiende el papel de la CNMV Albella también se refirió ayer a la propuesta de la Comisión Europea de revisar el sistema europeo de supervisión financiera, más particularmente en lo relativo al papel de Esma, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (el homólogo de la CNMV a nivel comunitario). Un proyecto que, según explicó, "subraya la importancia de un sistema integrado de supervisión como elemento clave de la unión de los mercados de capitales, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo". "Pero", añadió, "una supervisión integrada no tiene por qué ser una supervisión muy centralizada; la reforma debería respetar lo que me gusta llamar el factor supervisor nacional". La UE prevé transferir a Esma amplios poderes de supervisión bursátil desde las autoridades nacionales. En opinión del presidente de la CNMV, los Estados miembros "deben seguir contando con órganos de supervisión robustos, dotados de competencias relevantes y que contribuyan a que Europa siga teniendo una pluralidad de mercados y centros financieros con masa crítica", algo importante para lograr un mercado de capitales europeo que contribuya de forma efectiva a mejorar la financiación de las empresas, "no solo de las grandes, y a reducir su dependencia excesiva de la financiación bancaria". Albella considera, en cualquier caso, que, a pesar de la "reticencia" de muchos países, Esma "debería recibir competencias adicionales relevantes en áreas específicas, como en lo relativo a terceros países o a índices críticos, y convertirse en una organización más ágil y eficiente, que ejerza de la manera más eficaz posible su función de coordinación e incluso ciertas funciones de dirección estratégica o dirección de alto nivel de las autoridades nacionales competentes". Para articular todo esto, puso ejemplos como "la creación de un comité ejecutivo, como ha propuesto la Comisión Europea, o la reforma del actual comité de dirección para incluir miembros independientes a tiempo completo que aseguren que Esma esté verdaderamente inspirada en los objetivos comunes de la Unión".