Las incertidumbres para BBVA se despejarán a partir del segundo semestre tanto en México como en Turquía tras las elecciones en ambos países. El negocio del banco en desarrollados gana impulso y la fotografía entre estos y emergentes ya se ha empezado a equilibrarDurante los últimos meses el BBVA se ha enfrentado a dificultades en sus principales mercados. La renegociación del Nafta, las elecciones en México, la incertidumbre en España por Cataluña o la perenne inestabilidad en Turquía han pesado sobre la cotización, pero la segunda mitad del año podría ser un punto de inflexión. Gloria Couceiro, directora de Relaciones con Inversores de la entidad, cree que el inversor "tiene interiorizado" que en el segundo semestre se pueden despejar las incertidumbres y considera que está reconociendo que "las cosas van bien e incluso en algunos casos mejor de lo previsto". Con todo, admite que "algunos van a esperar a que se celebren las elecciones en México" el 1 de julio. El banco está cotizando a 9,4 veces sus beneficios estimados para 2018, es la entidad financiera más barata del Ibex 35 ¿Qué es lo que más está pesando sobre la cotización? Creo que, posiblemente, lo que más está pesando es la incertidumbre en México. Estamos ahora de road show después de los resultados y la sensación es que las cuentas son, objetivamente, muy buenas. Creo que el inversor está reconociendo que las cosas están yendo bien e incluso mejor de lo previsto en algunos casos, pero la coletilla es que van a esperar a que se celebren las elecciones en el país. ¿Qué es lo que tiene que pasar en las elecciones para que el inversor se decida? Simplemente, con que pasen las elecciones se acaba con mucha incertidumbre. Desde mediados del año pasado ha habido una ralentización del crecimiento del crédito en el segmento de empresas, algo que ha estado básicamente ligado a la incertidumbre. Esperamos que la segunda mitad de año pueda ser mejor en términos de aumento del crédito. Aunque en lo que va de año el peso se aprecia un 3 por ciento frente al euro, en términos interanuales sufre una caída de casi el 11 por ciento. ¿En qué momento puede convertirse la divisa en un viento a favor? Es difícil de saber. Posiblemente el peso está reflejando la incertidumbre [por las elecciones], pero lo que también está condicionando mucho la evolución es la renegociación del Nafta. En ese tema el sentimiento es más positivo que hace unos meses y las probabilidades de un principio de acuerdo son más altas. Tratar de predecir qué van a hacer las divisas es muy difícil. Y nuestra política es intentar evitar la volatilidad en la cuenta de resultados. Como política general cubrimos entre el 30 y el 50 por ciento de los beneficios esperados en los siguientes 12 meses, pero en el caso de México la cobertura alcanza el 70 por ciento. El año pasado reconocían que el problema no es que en emergentes se ganase mucho dinero, sino que los desarrollados tenían que ganar más. La situación ha mejorado. Cuando desaparezcan las incertidumbres que pesan sobre Turquía y México por las elecciones, ¿encontrará la acción su catalizador? Sin duda. Es algo que el inversor tiene muy interiorizado. En los road show nos dice que tenemos muy buenos resultados, no solo en emergentes, también en desarrollados. El problema es que en estos últimos no ganabamos lo suficiente y eso está cambiando este año, tanto en EEUU como en España. Los países desarrollados suponen casi un 60 por ciento en el balance. España pesa un 50 por ciento y Estados Unidos algo más del 10 por ciento. El año pasado estos países aportaron menos del 30 por ciento del beneficio, pero este primer trimestre alcanzan el 40 por ciento. Se va hacia una foto más equilibrada, pero es cierto que la contribución en ganancias no es igual que en el balance. En emergentes hay una rentabilidad mayor que también se explica por un coste del capital más elevado por un mayor riesgo. En España el negocio inmobiliario ha restado de manera persistente en los últimos años. ¿Cómo queda tras vender el 80 por ciento de esta cartera a Cerberus? Lo que estamos viendo es que en la división de real estate el año pasado se perdieron 500 millones de euros. La operación con Cerberus permite que ese drenaje en resultados deje de existir. La operación se cerrará en el tercer trimestre y este año espero perder en torno a 100 millones. Y para 2019 el impacto debería ser absolutamente inmaterial. La exposición de BBVA a inmobiliario probablemente sea la menor de la banca española. La lógica de vender el negocio a Cerberus es que no es nuestra actividad principal y que vale mucho más en manos de un experto. Me quedo con esa exposición del 20 por ciento y con ella intentaré ganar dinero. Este cambio nos va a permitir que la rentabilidad en España sea de doble dígito y se cubra el coste del capital, algo que en los últimos año no sucedía. La banca lleva años esperando que el crédito vuelva a crecer pero ese momento nunca acaba de llegar... Creo que todos nos hemos equivocado a la hora de predecir cuándo iba a subir el crédito en España. Este año esperamos que el margen de intereses se mantenga plano. En el crédito hay dos dinámicas muy distintas. La de las hipotecas y las del crédito al consumo y empresas. El desapalancamiento de las hipotecas ha hecho que la deuda de las familias pase de suponer el 85 por ciento sobre el PIB al 65 por ciento actual. En Europa, la media es del 60 por ciento y la tasa de vivienda en propiedad en España es mucho más alta. Creo que este proceso es sano para la economía aunque es cierto que se traduce en que el crédito tardará un poco más en crecer. En las empresas el pasivo ha pasado de representar el 120 por ciento del PIB al 80 por ciento. Creo que el desapalancamiento ya ha ocurrido. Es posible que las hipotecas se sigan desapalancando este año y eso tienes que intentar paliarlo con el crecimiento a empresas y crédito al consumo y en nuestro caso ahí ha sido clave el one click loan. El préstamo digital representa más del 60 por ciento de la nueva producción de crédito al consumo y nos ha permitido ganar cuota. Es un buen ejemplo de cómo lo digital te permite ganar cuota y no canibalizar tu negocio. Los analistas coinciden en que la clave principal para que la rentabilidad del sector vuelva a crecer reside en la subida de tipos. ¿Cómo afectaría al BBVA y cómo valora los resultados sin esa subida de tipos? Nuestro balance es muy sensible a las subidas de tipos. Un ascenso de 100 puntos básicos en paralelo en la curva supone un impacto del 15 por ciento en 12 meses sobre el margen de intereses. El aumento de los ingresos por comisiones ha permitido que los ingresos core (margen de intereses más comisiones ) hayan crecido en los últimos doce meses. Esto a pesar de no haber subida de tipos y que el euribor está en negativo. Este trimestre estos ingresos core han aumentado un 1,1 por ciento y creo que este es un muy buen dato para este entorno. Las últimas declaraciones con respecto a las posibilidades de fusiones y adquisiciones en España apuntaban a que se descartaba comprar bancos físicos... Lo que hemos dicho es que nuestro foco principal en España es el crecimiento orgánico. Eso no quiere decir que si se presenta una oportunidad nuestra obligación es analizar. Y, lógicamente, al analizar el valor de una franquicia, la red física vale menos que hace unos años. En España el 41 por ciento de las ventas en el primer trimestre se ha hecho en canales digitales -ver información de la derecha-. El último susto del mercado ha llegado por Argentina, donde tienn cierta exposición. ¿Cómo valora la situación? Primero hay que poner en contexto lo que supone para BBVA. Argentina es el 1 por ciento de los activos y el 3 por ciento del beneficio del primer trimestre. Es un país que tiene una penetración bancaria muy baja, de solo el 12 por ciento. Por ejemplo, el negocio hipotecario prácticamente no existe. Apenas es el 3 por ciento de nuestra cartera. Estamos empezando a construir ese negocio. Con la subida de tipos, el crecimiento de los créditos debería ser menor, pero es pronto para saber cómo afectará a la economía del país la situación.