Dice que Hacienda no plantea delitos en el caso de otras personas que actuaron igual El exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, tachó ayer de "discriminación" la acusación de fraude fiscal que la Agencia Tributaria mantiene contra él. El expolítico acudió ayer a declarar al Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid por facturar conferencias a través de su mercantil Arada en lugar de reflejarlo en su IRPF. A la salida de su comparecencia ante el juez Antonio Serrano-Arnal, Rato dijo que insistió al magistrado en que existen casos de personas con biografías y responsabilidades similares e incluso mayores a la suya en los que Hacienda no ha planteado delitos fiscales, "por lo tanto, me parece que estamos ante un caso de discriminación", remarcó. El exvicepresidente aseguró que desde 2002, "como saben los jueces", en España no existe la transparencia fiscal y por lo tanto "los profesionales pueden, y lícitamente, declarar o practicar sus actividades a través de sociedades". Rato colaboró entre 2007 y 2012 con la sociedad Bureau Consulting de Conferencias (BCC) para organizar sus charlas. El exministro facturó 1,66 millones a esta firma por las conferencias realizadas a través de Arada. Serrano- Arnal archivó esta causa en 2016 al considerar que había prescrito. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Madrid pidió la reapertura al considerar que 2012 aún no estaba prescrito y el presunto fraude superaba los 120.000 euros. Por otro lado, el exbanquero aprovechó para asegurar ante la prensa que la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (Onif) ha hecho hasta 11 informes contra él desde su detención en 2015 y ninguno definitivo. Rato asevera que de los 8,5 millones que Hacienda dice que defraudó, la cifra se ha reducido "a cero". El exministro presentó un escrito ante la Audiencia Provincial en el que alegaba que entre 2009 y 2014 solo dejó de declarar 85.000 euros, cifra con la que no alcanzaría el fraude fiscal porque no supera el límite de los 120.000 euros.