Europa condiciona su aprobación a que la rival Basf le compre el negocio de semillasBayer dio ayer un paso más para poder comprar Monsanto, pero aún quedan dos escollos regulatorios para que pueda formarse el gigante mundial en la fabricación de semillas y fertilizantes, en una operación que alcanzará los 55.000 millones de euros. La Comisión Europea dio ayer luz verde a la compra -aunque con condiciones de venta de activos -, y China también emitió su visto bueno la semana pasada, con lo que la transacción tiene ahora por delante sus dos últimas grandes aprobaciones: la de EEUU y la de Rusia. La fecha tope para cerrar completamente la operación es el mes de junio, según el acuerdo al que llegaron las dos compañías y que cumplirá entonces dos años. Si Bayer no logra tener todas las aprobaciones para esa fecha, la alemana tendrá que indemnizar con 2.000 millones al grupo estadounidense. La operación necesita el visto bueno de un total de 30 autoridades de todo el mundo, de las que ya ha conseguido más de la mitad. Fortalecer a Basf Para conseguir la aprobación en Europa -que abrió una investigación sobre la operación en agosto-, Bayer se ha comprometido a vender todo su negocio de semillas y parte del de fitosanitarios a su competidora alemana Basf, una operación anunciada ya en octubre pasado precisamente para conseguir el visto bueno comunitario y que llevará a Basf a pagar 5.900 millones de euros. "Hemos aprobado los planes de Bayer para absorber Monsanto porque las soluciones propuestas por las partes, por un valor de más de 6.000 millones de euros, responden totalmente a nuestras preocupaciones en materia de competencia", dijo ayer la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. El Ejecutivo comunitario debe ahora completar la revisión de la compra por parte de Basf y solo cuando ésta reciba también luz verde Bayer podrá completar la fusión con Monsanto. Para responder a estos problemas, Bayer se ha comprometido a vender a Basf la casi totalidad de su negocio mundial de semillas, no solo de colza y algodón, donde se solapa con Monsanto, sino también de soja y trigo para garantizar la viabilidad de Basf, que ahora no vende semillas. También le venderá su departamento de investigación y desarrollo y su negocio de caracteres vegetales, genéticamente modificados y no modificados. Asimismo, cederá sus activos del pesticida glufosinato y tres líneas de investigación en herbicidas no selectivos. "A primera vista, Basf parece un comprador apropiado porque la empresa no vende ahora ni semillas ni herbicidas no selectivos y significa que los solapamientos en este sector serían limitados", aseguró ayer la Comisión, quien indicó, no obstante, que ahora Basf y Bayer deben probar que la primera será capaz de competir frente al actor surgido de la fusión.