La entidad no planea compras ni ser comprada y apurará el plazo de salir a bolsa Ibercaja se ha propuesto deshacerse del 50 por ciento de sus activos improductivos en los próximos tres años. La entidad prevé reducir en 1.850 millones de euros estos créditos tóxicos de cara al próximo trienio, según su Plan Estratégico 2018-2020 presentado el sábado en Zaragoza. La entidad pretender reducir así su exposición de riesgo al 6,5 por ciento en el último año del plan, según adelantó el consejero delegado de la entidad, Víctor Iglesias. Esta línea de actuación entra dentro del programa fijado para generar valor en la entidad y generar capital para crecer. En el marco de esta actuación la entidad prevé realizar venta de cartera mayoritaria en materia de suelo y vivienda. Además, marca el objetivo para el ratio capital CET 1 en elevarlo hasta el 11,5 por ciento, incrementar el ROTE (rentabilidad sobre fondos propios) por encima del 9 por ciento y reducir por debajo del 55 por ciento el ratio de eficiencia. En lo que respecta al beneficio, la entidad prevé duplicarlo en los tres próximos años. Así pasaría de los 138,4 millones de euros de resultado neto con el que se cerró 2017 a en torno a unos 240 millones de euros de ganancias para 2020. Iglesias aseguró que el Plan Estratégico 2015-2017 se ha saldado con todos los objetivos alcanzados menos el de la rentabilidad debido al prolongado entorno de tipos de interés bajos. Salto al parqué El presidente del banco, José Luis Aguirre, aseguró que, según la normativa vigente, Ibercaja tiene de plazo hasta 2020 para salir a bolsa. Actualmente, la Fundación Ibercaja tiene el 87 por ciento del banco y debe reducir su inversión por debajo del 50 por ciento antes de ese año. Así, Aguirre explicó que van a agotar el plazo hasta el final confiando en que la economía estará mejor en esas fechas y el precio para salir al mercado pueda ser más elevado. Según el presidente del grupo, todas las entidades españolas tienden a estar cotizadas y el escrutinio constante del mercado es positivo. "Además, cotizar agiliza mucho el acceso al mercado de capitales", añadió. Aguirre indicó que aunque la entidad salga a bolsa, la fundación seguirá manteniendo el 49 por ciento que, en función de cómo se reparta el accionariado, es un porcentaje "muy relevante". Por otro lado, el presidente de Ibercaja aseguró que la entidad no tiene el objetivo ni de comprar ni de ser comprada. "Creemos que el grado de concentración bancario en España es muy alto y no vemos la necesidad de que haya más concentraciones", dijo. "No existe una economía de escala demostrada de que una entidad con nuestro tamaño debe ser menos rentable que una más grande", defendió Aguirre. Finalmente, Víctor Iglesias también explicó que el nuevo Plan Estratégico no contempla más Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) para los próximos tres años. Ibercaja firmó su último ERE en mayo de 2017 que implicaba la salida de 590 empleados. A cierre del ejercicio, salieron 350 personas y el resto, 250, saldrán en 2018. Este ajuste supone un tijeretazo del 11 por ciento a la plantilla. El banco ya ha reducido el 15 por ciento de la red de oficinas desde el año 2014, y el 12 por ciento a nivel de empleados.