Ha presidido cuatro años la patronal andaluza tras recibirla en ruina. Ahora los empresarios andaluces le han pedido que repita para cumplir sus objetivos de devolver a la CEA su peso en la sociedad. ¿Qué balance hace de estos cuatro años? Han sido cuatro años muy intensos, complejos y difíciles. El año 2014 fue un momento en el que había que madurar muy bien cuál era la estrategia para los próximos años, en plena crisis. Pero creo que hemos llegado a cumplir un objetivo que nos habíamos marcado, que era una CEA más transparente y más participativa, donde hubiera una gestión más eficiente y donde la representatividad se consolidara. Es un logro colectivo, y ahora tenemos que seguir peleando. ¿Qué ha sido lo peor de estos años? ¿Estar al borde de la bancarrota o la crisis de imagen de la CEA? Yo creo que lo más difícil ha sido recuperar esa buena reputación que tuvo la institución, no solo a nivel mediático, político e institucional, social y, sobre todo, a nivel empresarial. Pero hemos cumplido absolutamente con todo el mundo, también a nivel económico. Y eso para mí es un orgullo. Marcarme un objetivo de cumplimiento de rigor, porque al final esto es una visión circular. No basta con lo que digas, sino lo que hagas. ¿Dónde quiere dejar la CEA dentro de cuatro años? Tenemos que consolidar el concepto empresa, cada vez más vinculado a la responsabilidad social, a la visión de una cultura de desarrollo sostenible. Y en esa estrategia hay que convencer a los empresarios de que tienen que ser líderes sociales. Hablar, comunicar, transmitir… el liderazgo de la empresa, que es algo que se está reconociendo socialmente. Esa es mi obsesión. Usted insiste en que Andalucía puede crear 100.000 nuevas empresas y 500.000 empleos. ¿Cómo se consigue? Andalucía tiene ahora mismo unas 500.000 empresas, que no está nada mal como cifra global. Es la tercera Comunidad después de Cataluña y Madrid, lo cual es muy relevante. Estamos hablando de un territorio tan grande como Portugal. También es cierto que nueve de cada diez de nuestras empresas son micropymes. Y eso significa que tenemos un hándicap importante que es la dimensión, y crear empleo en la micropyme cuesta mucho más. Pero los datos de los últimos años ratifican que es posible. En 2016 se crearon 17.000 empresas nuevas en Andalucía, y en 2017, más de 15.500. Por lo tanto, en seis años habremos superado la cifra de las 100.000 compañías, que suponen 500.000 empleos. Reduciríamos pues, en más de 10 puntos la tasa de paro, que está en un 24 por ciento, y nos podríamos quedar en un 14 por ciento. No estamos pidiendo fórmulas milagrosas… es algo posible. Lo que hace falta es facilitar a las empresas su constitución, su desarrollo y su consolidación para que cojan tamaño. Junto al turismo, una de las grandes alegrías de Andalucía en 2017 ha sido la industria agroalimentaria, con cifras récord... Es el gran milagro andaluz. En los años de crisis ha sido el sector que mejor comportamiento ha tenido desde el punto de vista de la adaptación, transformación y capacidad de superación de dificultades. Ha buscado uniones y alianzas, elementos para modernizarse, ha aprendido a abrir mercado al exterior... Yo creo que ésta es una gran enseñanza de la crisis.