Apple anunció a finales del año pasado la compra de la aplicación Shazam, especializada en reconocimiento musical, sin que entonces se vislumbraran especiales complicaciones. Sin embargo, lo que inicialmente se presumía como una operación libre de burocracias, finalmente se ha encallado estos días en Bruselas. El caso es que la Comisión Europea ha pedido a la compañía estadounidense una solicitud de análisis de competencia en los mercados europeos. Eso significa que el Ejecutivo comunitario tendrá que revisar la adquisición (valorada en 400 millones de euros) tras considerar que la transacción puede afectar negativamente a la competencia en el territorio europeo. El motivo esgrimido se debe al volumen de negocio que genera Shazam. Así lo alegó Austria, cuya iniciativa fue secundada por otros países como Islandia, Italia, España, Francia, Noruega y Suecia. La aplicación de origen británica es capaz de grabar varios segundos de la música que se esté reproduciendo para identificar en segundo su autor y disco.