La filial portuguesa dependerá a partir de ahora de la española con el objetivo de reducir costes operativosBBVA ha dado un paso más en su estrategia para intentar rentabilizar su filial portuguesa. El grupo ha decidido integrar la división lusa en la española tras volver a pérdidas después de que los planes de ajustes llevados a cabo en los ejercicios anteriores no hayan surtido efectos relevantes. Una vez el banco español obtenga las autorizaciones pertinentes, perderá la licencia e iniciará su andadura como sucursal. En un comunicado, señaló que esta medida tiene por objeto "asegurar la sostenibilidad y solidez del negocio" en el país vecino. El grupo español inició un proceso de ajustes en su división portuguesa en 2012 y 2013 después de que sufrir pérdidas millonarias. Solo cinco años aportó números rojos superiores a los 400 millones. En 2014 intentó venderla, pero la falta de ofertas atractivas le obligaron a replantear el proyecto. En 2015 se retiró del sector de particulares, hasta entonces puntal de la actividad del banco, y mantener sólo la operativa en banca de altos patrimonios y de empresas. Entonces, tras varias iniciativas de recortes de personal y oficinas, la división adelgazó su estructura a apenas 14 sucursales y cuatro centros de gestión remota y 398 empleados. BBVA llegó a tener 800 trabajadores y un centenar de puntos físicos de venta. Ineficiencia Pese a todas estas decisiones, la división ha vuelto a pérdidas en el tercer trimestre del año pasado al padecer un resultado negativo de unos 8 millones de euros y su eficiencia alcanza el 80 por ciento, es decir, que tiene que gastar 80 euros para ingresar 100. Los reguladores reclaman que este ratio se sitúe en torno al 50 por ciento. Desde el banco se explica que entre julio y septiembre se han imputado costes para la fusión. Con la integración, BBVA espera mejorar las capacidades de gestión de la actividad en Portugal y acceder con más agilidad a las soluciones digitales al formar parte de la franquicia española. En los últimos años el grupo español ha tenido que virar su estrategia en otros mercados en los que opera y anotarse pérdidas millonarias. El ejemplo más claro es el chino, país del que tuvo que salir.