El gigante es dueño de la marca en Reino Unido y la UE permite que se pueda importarVarapalo a Schweppes en la Unión Europa. El Tribunal de Justicia de Luxemburgo dictaminó ayer que la empresa, propiedad del grupo japonés Suntory, no puede impedir la importación de su conocida marca de tónicas de Reino Unido, un país donde la enseña es propiedad de Coca-Cola. Schweppes había denunciado a los distribuidores españoles por adquirir el producto a su competidor en el mercado británico, donde resulta más barato, para venderlo posteriormente en España y aunque hasta ahora todas las sentencias le habían sido favorables, el juzgado de lo mercantil número 8 de Barcelona planteó una cuestión prejudicial a Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Y este ha dictaminado ahora que "el Derecho de la Unión impide que el titular de una marca nacional se oponga a la importación de productos idénticos designados con la misma marca y procedentes de otro Estado miembro, en el que esta marca, que pertenecía inicialmente al mismo titular, es actualmente propiedad de un tercero, que ha adquirido los derechos sobre la misma". Y eso es precisamente lo que ha ocurrido con la tónica. El origen del conflicto se remonta a 1999. En ese momento Cadbury Schwepes llegó a un acuerdo con Coca-Cola para venderle su negocio de bebidas refrescantes en todo el mundo, con la excepción de Estados Unidos, Francia y Suráfrica por 1.850 millones de dólares (unos 1.570 millones de euros). El problema surgió cuando las autoridades de competencia europeas vetaron la operación, por considerar que Coca-Cola tenía ya una posición dominante y el gigante de Atlanta tan solo pudo quedarse con la marca Schweppes en Reino Unido, Irlanda y Grecia. Tras varios cambios de manos, Schweppes acabó en manos del grupo Suntory, pero se enfrenta ahora a una importación de su propia marca del mercado británico, donde pertenece a su mayor competidor. A partir de ahora, la única forma que tiene Schweppes de evitar que se siga importando la tónica de Coca-Cola en Reino Unido que lleva su marca, es demostrar ante el juzgado de lo mercantil de Barcelona que no mantiene vínculos económicos con su rival y que no ha generado de forma deliberada la impresión de que se trata de una enseña única y global. Lo primero, en teoría puede resultar sencillo, pero lo segundo es más complejo. El TJUE ha dado la razón a Red Paralela, un importador catalán, al argumentar que Schweppes "ha promovido una imagen global y única de la marca Schweppes" a pesar de ser titular de las marcas solo en una parte de los Estados miembros. Aunque Schweppes niega haberlo hecho, el tribunal dice que "la función esencial de la marca es garantizar al consumidor la identidad de origen del producto sin confusión" y como "ha desnaturalizado" esta función, no puede oponerse a la importación de artículos idénticos. Aunque comparten marca, el envase, el etiquetado e incluso la formulación de la bebida es, de todos modos, diferente.