El Banco Santander no baja más la cifra de afectados por los ajustes que va a realizar en los servicios centrales con motivo de la adquisición del Popular. La entidad roja se mantuvo ayer firme, durante la reunión con los sindicatos, con la decisión adoptada una semana antes. Los recortes afectarán a un total de 1.758 empleados, de los que 1.384 serán prejubilaciones y bajas incentivadas, y el resto, 374, serán reubicados en el grupo. A pesar de que las conversaciones entre banco y sindicatos han quedado encalladas por la negativa de Santander a rebajar los despidos, el banco ya ha hecho una reducción de casi el 19 por ciento de los afectados frente a los 2.160 propuestos inicialmente. Sin embargo, los principales representantes de los trabajadores aseguran que no renuncian a recortar más la cifra, puesto que la carga de trabajo que sufren los empleados de los servicios centrales del Popular ya es "grande" tras el ERE que hizo la entidad hace un año. Santander ya aplicó algunas propuestas sindicales como rebajar la edad de prejubilación de los 58 a los 55 años y primar la voluntariedad en las salidas.