En los últimos años, el mundo del aceite, más conocido como el oro de España, ha vivido una notable expansión y notoriedad. Álvaro Peña, fundador de aceites L'Oléy & L'Olá, no es pionero en el sector, ya que cuenta con una larga tradición agrícola y olivarera familiar. La empresa que dirige es una startup con dos años de vida de aceites de oliva virgen extra, de calidad premium y con un diseño único y original con el que ha conseguido hacerse un importante hueco en el sector, entre otros, de los regalos de empresa. ¿Dónde encontró una oportunidad de negocio en un sector que es tan competitivo? Enfocamos nuestros aceites en la especialidad de regalos de empresas y llevamos a cabo la elaboración de tres maletines diferentes, con botellas de aceite de distintas cantidades y, por supuesto, diseños elaborados. La última que hemos lanzado es la caja arlequín, que aparte de las botellas, lleva un tarro de aceitunas bañadas en polvo de oro. Otra de las originalidades que nos destacó y con la que hemos conseguido innovar en un sector maduro y competitivo como es el del aceite, son los formatos de monodosis con un diseño cuidado y, a diferencia del 90 por ciento del resto, que son de plástico, fabricamos pequeños botes de cristal cubiertos de vidrio para conservar bien el producto. Los vendemos a restaurantes, como welcome pack a hoteles y, sobre todo, como regalos de boda. ¿Cuál es su método de distribución? Al principio, comercializábamos el producto en tiendas y grandes comercios, pero ahí las condiciones son leoninas y no es posible prestar atención al producto. Este es un articulo que hay que explicarlo, catarlo y precisa de una atención especial que ahí no puede tener. No obstante, decidimos cambiar la vía y actualmente distribuimos a través de nuestra tienda online. Desde la bodega de Antequera, se manda directamente a todas las partes de España y del mundo. Nosotros trabajamos con exportadores, principalmente con un importador mexicano. También, en casos puntuales, hemos hecho exportaciones a Alemania, Suecia, Francia e Inglaterra. ¿Qué nos cuenta su diseño? Queríamos hacer un diseño diferente, con clase y categoría. Y jugando con diferentes formas, empezamos con las rallas, ya que es un signo muy andaluz y me recuerda especialmente a las casetas de la feria de Sevilla, y decidimos quedarnos con ellas. Ahora hemos introducido los rombos en algunos diseños, pero los colores corporativos son el blanco y negro y las rallas. ¿En qué cifras se mueve? Hemos cerrado la campaña del año pasado en la que vendimos en torno a unos 15.000 litros de aceite, y este año esperamos estar alrededor de los 30.000 litros. Tenemos clientes muy consolidados y vamos aumentándolos cada vez mucho más. ¿En qué rango considera que compite su producto? Nos posicionamos en la gama gourmet, pero dentro de este nivel, trabajamos con precios muy interesantes. Tenemos dos tarifas; una como distribuidor, en la que tenemos precios rompedores en el sector, y otra el precio de venta al público, que lógicamente es superior.