El todavía gobernador de Banxico defiende el buen estado de la economía aztecaMéxico es hoy un país con una democracia viva que dejó atrás las crisis sexenales, los tiempos en que el presupuesto se aprobaba con fines electorales y que el gobierno era financiado por el instituto central, afirma el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens. "Ya no es un país de inflación de tres dígitos, sin reservas internacionales y sin perspectivas económicas", asegura. A unos días de dejar el Banxico para dirigir a partir del 1 diciembre el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) en Basilea, Suiza, habla en entrevista con El Universal sobre México, la economía, las próximas elecciones, de su vida profesional y personal. En torno al proceso electoral que vivirá el país próximamente hace una reflexión: "México es un país con una democracia viva, la va a vivir el país; se tendrá el resultado que la mayoría quiera". Lo importante, destaca, es que las bases institucionales que se han construido en los últimos 30 años, hagan su trabajo y perduren hacia adelante. Gane quien gane la presidencia en 2018, estará en estrecha comunicación, porque el Banxico es miembro del BIS y eso va a mantener un nexo bastante estrecho de Carstens con México. Banxico es una institución que juega un papel importante porque tiene un mandato y su junta de gobierno, perdura más allá de las elecciones, y con eso tiene que ser un elemento de certidumbre, indica. "En los años 80, por lo general había una crisis sexenal porque el banco central financiaba grandes déficits fiscales, y un logro que se obtuvo con la autonomía de Banxico es que esa posibilidad se eliminó", matiza. "Lo importante es que las instituciones y arreglos que se han logrado ahora dan certidumbre económica a México", considera. Pondera que además ahora el paquete económico se hace y lo aprueba el Congreso al amparo de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, lo que asegura que el presupuesto no se está guiando por principios electorales sino sólidos y de racionalidad económica. Escenario oscuro A diferencia de hace 37 años, destaca que el país está infinitamente mejor. Señala que en ese entonces prácticamente nos quedamos sin reservas internacionales, teníamos un control de cambios, la banca estaba nacionalizada, teníamos inflaciones de tres dígitos, el salario real fue lo que más se deterioró. "El escenario era prácticamente oscuro, México era el paria en los mercados financieros internacionales; seguimos teniendo retos, pero si vemos esos parámetros, ahora tenemos más de 170.000 millones de dólares (144.268 millones de euros) en reservas, la inflación, que si bien estamos preocupados porque está alta, pero está a 6 por ciento, tenemos una banca boyante, bien capitalizada y una perspectiva de crecimiento mayor", matiza. Afirma que México hizo su tarea desde la década de los 80 para sentar las bases más firmes para tener una economía más influyente y desarrollada para satisfacer las necesidades de todos los mexicanos. "La verdad es que es un cambio dramático", añade. Fanático del béisbol, revela que también juega akl golf, dice que no se arrepiente de ninguna decisión que tomó como secretario de Hacienda o como gobernador del banco central, pues no tolera la falsedad o que no se pongan las cartas claras. "Como se dice: a toro pasado todo mundo es un gran torero". Se va tranquilo, porque asegura que hay buena madera para sustituirlo. "Por talento no va haber problema; hay buenos economistas, el banco ha formado muy buena gente y también hay excelentes funcionarios públicos en otra parte del gobierno mexicano además de que tiene una junta muy buena". ¿Quién es Carstens? La entrevista se lleva a cabo en la sala de juntas del edificio principal del Banxico en la calle Cinco de Mayo, en donde resalta un gran retrato de Plutarco Elías Calles, en cuyo periodo como presidente de México se fundó el Banco de México, hace 92 años. "Soy mexicano, nací en el DF en una familia muy tradicional en donde se puso mucho énfasis en la educación y el deporte; y bueno, más que nada hasta cierto punto, muy afortunado en la infancia, porque pude desarrollarme adecuadamente y después tuve la suerte de ser economista, porque mi familia es de contadores", relata pacientemente. Dice que el destino lo llevó por la ruta adecuada, porque ha estado muy contento con su labor profesional. "Estuve en el ITAM y en la Universidad de Chicago con el apoyo del Banco de México". Cuenta que entró al Banco de México hace 37 años, los mismos años de vida profesional, de los cuales 27 los ha pasado en el instituto central; los demás entre el Fondo Monetario Internacional y en la Secretaría de Hacienda, y ahora se va al Banco de Pagos Internacionales. "Mi padre era contador, muy aficionado al béisbol y de ahí me viene a mí también la afición al béisbol. La verdad es que era muy apoyador, también flexible en el sentido de que nos dejó que nos fuéramos forjando en la vida por nosotros mismos, con mucho apoyo", explicó. "La verdad es que a él le daba mucho gusto cuando los hijos tenían éxito; se emocionaba mucho cuando… yo ganaba un buen partido de béisbol o un campeonato y también se sentía muy orgulloso de nuestros logros profesionales", añade. Durante la entrevista nos revela cuál era el consejo que siempre le daba su madre: "Mi mamá, por razones del destino, perdió a su papá cuando era muy jovencita. Ella quería ser doctora y nunca pudo serlo, y siempre nos recordaba lo afortunados que éramos por poder estudiar; nos recordaba el privilegio de estudiar y obviamente lo tomé muy en serio", relata con un dejo de nostalgia. La visita seguido, no cada domingo, pero sí con mucha frecuencia. Y ahora que se va a vivir a Basilea, Suiza, dice que su mamá seguro los irá a visitar. Carstens fue un alumno brillante, pues logró sacar la maestría y doctorado en Economía en tiempo récord en la Universidad de Chicago. Sus estudios en el extranjero los realizó cuando el país pasaba por momentos difíciles, entre 1982 y 1985, la época del control de cambios y "había mucha incertidumbre sobre si habría manera de mantener o no la beca". Aunque siempre estuvo muy dedicado a sus estudios, nos dice que sí le dio tiempo para conocer y conquistar a su esposa, la escritora Ca-therine Mansell, quien también es economista.