Miura Private Equity nació en Barcelona en 2008 a iniciativa de Luis Seguí y Juan Leach para invertir en pymes de la Península Ibérica con el objetivo de potenciar su negocio local y su expansión internacional. Desde entonces, ha transformado 30 compañías con una inversión de 500 millones de euros. Estas empresas tienen una facturación agregada de 800 millones y más de 5.000 empleados. ¿Por qué optaron por el segmento 'mid-cap'? Porque Cataluña y España es un país donde el 70 por ciento del PIB está generado por las mid-caps. España es el segundo país de Europa con el mayor número de pymes, después de Italia. Es donde vemos más oportunidades, porque te puedes plantear atacar o conquistar otros mercados no solo con exportación, sino adquiriendo compañías en otros países y uniéndolas a las compañías de aquí para convertirlas en empresas internacionales con base en España. ¿Con qué financiación cuentan? Hasta ahora hemos utilizado tres vehículos: un fondo Miura Fund I de 100 millones en 2008, un fondo Miura Fund II de 200 millones en 2014, y un vehículo de coinversión de otros 200 millones en 2015. Todavía tenemos margen, pero estamos pensando en un fondo nuevo, que en 2018 debería convertirse en una realidad. Entendemos que por evolución natural debería estar alrededor de los 300 millones. Sus criterios de inversión son cualquier sector excepto financiero e inmobiliario... En estos diez años hemos analizado unas 1.300 compañías, que dividimos en cuatro grandes grupos: industrial, servicios, alimentación -porque en España tiene mucho peso- y comercio. ¿Cómo ha evolucionado el mercado de la inversión en España? En esta última década ha desaparecido competencia por un lado y aparecido por el otro. Las cajas de ahorros jugaban un papel importante en el mundo de la inversión y tenían sus carteras de participaciones industriales. Con la reestructuración del sector financiero han desaparecido del mapa y ya no es un inversor activo, aunque algunos siguen teniendo sus carteras de aquellos años que poco a poco se van sacando de encima. Y han aparecido firmas de inversión internacionales que cuando ven una economía interesante vienen a invertir, y la economía española desde el último trimestre de 2014 está creciendo más del 3 por ciento. ¿Y el competidor local? En cuanto a las firmas de inversión españolas, más o menos estamos las 10 o 12 de hace 10 años, quizás han desaparecido un par y aparecido otro par nuevas. Es un sector relativamente nuevo en España, surgido a finales de los 90; antes había un par de inversores muy concretos. Todavía estamos en un momento de crecimiento y consolidación. ¿Les está afectando la situación política en Cataluña? Hemos invertido en momentos del ciclo muy complicados, como 2008-2013, y momentos más dulces como 2014-2017. El conflicto puede lastrar el crecimiento unas décimas, pero el mapa macro de España, y en España incluyo Cataluña, es positivo. Dentro, la tensión política actual no es positiva para el entorno inversor, pero a la vez todo momento de cambio o cierta crisis presenta nuevas oportunidades. Lo que uno tiene que hacer es anticiparse. Si hay tormenta unos días o semanas no pasa nada. Si dura muchos meses al final puede haber inundaciones, pero cuando hay una situación como la actual aparecen nuevas oportunidades claramente. Tenemos buenos fundamentales.