Ha recibido de Hacienda, a través de los fondos de liquidez, 70.790 millonesEn su informe de estabilidad financiera relativo al mes de noviembre, el Banco de España auguraba que Cataluña podría terminar en recesión el próximo año si la tensión y las incertidumbres prosiguen. Un escenario aún más duro que el que ayer hizo público la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), y que supondría derribar un crecimiento que hoy alcanza el 3,6 por ciento interanual, uno de los más elevados del país. Todo ello, además, en un contexto de absoluta dependencia del Estado, ya que la Generalitat "no ha realizado emisiones de valores a largo plazo desde octubre de 2012", desde hace cinco años, y ha venido cubriendo sus necesidades de financiación a través de los préstamos habilitados por el Ministerio de Hacienda y Función Pública. Cabe recordar en este punto que, a través del FLA y de otros mecanismos, Cataluña, cuyas finanzas eran dirigidas por Oriol Junqueras, ha recibido ya 70.790 millones en los últimos seis ejercicios, según los datos más recientes del Departamento que comanda el ministro Cristóbal Montoro. Es casi el 30 por ciento del total de dinero que han recibido las comunidades autónomas españolas en este periodo (231.000 millones). Este mismo año, y pese al desbordamiento del desafío separatista, el cesado Govern ha recibido de manos del Estado más de 7.800 millones de euros para financiar el déficit público y pagar a proveedores, entre otros fines. Algunas de esas cantidades han sido desbloqueadas incluso en fechas posteriores a la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre, pues la Comisión Delegada de Asuntos Económicos se reunió cuatro días después de esa fecha para desbloquear los fondos del extra del FLA. La dependencia va a más Se da la circunstancia de que el estallido del desafío separatista se produjo precisamente en septiembre de 2012, un mes antes de la última emisión a largo plazo de la Generalitat, entonces en manos de Artur Mas. Aquel año se caracterizó, además, por ser el más duro de la crisis económica, con Cataluña y España en medio de una profunda recesión y con el fantasma de un hipotético rescate del FMI, el BCE y la Comisión Europea sobre toda la economía nacional. La situación de dependencia a la que hace referencia el informe de estabilidad financiera, y pese a que el BdE no lo explicite, tiende a continuar. La necesidad catalana de los préstamos de Hacienda se va a mantener en el tiempo, como así lo demuestra el hecho de que el bono catalán se sitúe 320 puntos por encima del bono español. Un coste de financiación inasumible para unas arcas exhaustas y endeudadas en más de 72.000 millones de euros. La fórmula más barata a día de hoy para las autoridades regionales es seguir cobijadas bajo las buenas condiciones de financiación españolas. Ayer mismo, un bono con vencimiento en 2020 de la Generalitat cotizaba con un interés superior al 2,2 por ciento. Un plazo, el de 3 años, en el que el Tesoro español se financia en negativo. Sin conocer aún el anteproyecto de Presupuestos para 2018 es difícil saber qué cantidad habilitará Hacienda para Cataluña. En principio, debería ser inferior por la reducción del déficit esperada para este año (podría finalizar en el 0,6 por ciento, un "buen punto de partida" según AIReF); pero no es descartable que pueda incrementarse si, tal y como advierte el Banco de España, la crisis se ceba con la autonomía y la devuelve a una recesión que abandonó en el año 2013.