Gana 653 millones a septiembre y mantiene el objetivo de 800 millones para final de añoSabadell estrenará plan estratégico el próximo año y las previsiones económicas en las que se basará están aún pendientes de los efectos que la inestabilidad en Cataluña pueda causar en la economía. Según explicó ayer el consejero delegado, Jaime Guardiola, por ahora el efecto sobre el PIB no es muy acusado y coincide con el diagnóstico de BBVA, que rebaja en tres décimas el crecimiento económico previsto para 2018. Pero, advierte Guardiola, dependerá de la prolongación del conflicto en el tiempo y no será hasta dentro de unos meses cuando se pueda calcular el perjuicio económico causado. Sobre la marcha de empresas de Cataluña, cerca ya de 1.700, Guardiola considera que los efectos inmiediatos no son relevantes si no hay desplazamiento de producción o comercialización, pero potencialmente afecta "indudablemente" a la economía catalana. Guardiola admitió que tras el 1-O hubo nervisiosmo entre clientes y accionistas, con salida de fondos, pero que tras el cambio de sede "que no se puede considerar reversible" la situación se normalizó. Durante las dos semanas posteriores a la votación, según explicó, el banco detectó un frenazo en la actividad en Cataluña, si bien esa situación también volvió a la normalidad en los días posteriores. Guardiola confirmó que la secretaría técnica y el gabinete de presidencia del Sabadell se trasladarán a Madrid, siguiendo planes previstos antes del 1-O, y que los futuros consejos de administración se celebrarán en Alicante. Punto de inflexión El banco ganó 653 millones de euros a cierre del tercer trimestre, un 4,2 por ciento más y se ratifica en el objetivo de alcanzar los 800 millones a final de año. Excluyendo su filial británica de las cuentas, el resultado fue de 579 millones y el incremento, del 22,9 por ciento. El consejero delegado considera que ya se produce un punto de inflexión en la cartera de activos inmobiliarios, en el sentido de que las ventas han dejado de generar las pérdidas que se soportaban desde el estallido de la crisis. En estos últimos doce meses, el Sabadell redujo los activos problemáticos en 1.700 millones de euros y la venta de adjudicados generó beneficios del 2,6 por ciento en el trimestre. El número dos del banco descartó operaciones de compra y dijo que el banco está centrado "cien por cien" en el crecimiento orgánico, a pesar de la holgura de su capital. El Sabadell concluyó el trimestre con una solvencia, medida como CET1 fully loaded, de 12,7 por ciento, el más alto entre los bancos cotizados, y prevé redondear hasta el 13 por ciento a final de año, cuando compute la venta de la plataforma de gestión hotelera Hi Partners a Blackstone. Las plusvalías de las últimas transacciones, como la venta de United Sabadell Bank, le ha permitido subir el capital y, a la vez, aumentar las coberturas de activos improductivos hasta el 52,8 por ciento. El exceso de solvencia, según explicó el director financiero, Tomás Varela, le da flexibilidad para seguir este camino o para soportar un aumento de la retribución al accionista. El banco, con bases comparables, registra un aumento de los ingresos del negocio bancario de un 5,2 por ciento. La cartera crediticia sube en términos interanuales un 5 por ciento, los depósitos un 3,7 por ciento y los recursos fuera de balance, un 13,6 por ciento.