La proporción es insuficiente incluso para reformar el Estatuto de AutonomíaEl independentismo continuó desafiando ayer a las instituciones catalanas. Con apenas 70 votos a favor -una proporción insuficiente para reformar o aprobar el Estatuto, que requiere de 90-, y utilizando el voto secreto para tratar de evitar posibles responsabilidades legales, aprobaron una moción que declaraba la independencia de Cataluña y su estructura como República. El papel de Carme Forcadell, presidenta del Parlamento de Cataluña, que permitió alterar el sistema de voto que se había aplicado durante todo el pleno, fue clave. Forcadell, que también es diputada, por lo que vio beneficiada por el voto secreto, también permitió que la Mesa tramitara la resolución propuesta por JxSí y la CUP, aunque en el inicio del pleno la presidenta advirtió de que el documento podía incumplir los requerimientos del Tribunal Constitucional. Igual que sucedió durante las sesiones del 6 y el 7 de septiembre, cuando se aprobaron la Ley del Referéndum y la Ley de Transitoriedad, C's, el PSC y el PP abandonaron el hemiciclo durante la votación de la resolución. En ella, además, se insta al Gobierno catalán a que arrancara el proceso constituyente. En la ilegalizada Ley de Transitoriedad se establece este periodo, que hipotéticamente comienza ahora, y que consistiría en lograr una base social sobre la que construir una hipotética Constitución catalana; pero que chocará con el periodo de elecciones autonómicas, que arrancó ayer tras el anuncio de Mariano Rajoy. El control independentista La sesión en el Parlamento ayer fue tensa, por la intensa presión del independentismo tanto dentro, como fuera de la Cámara catalana. Carlos Carrizosa, de hecho, pidió amparo a Carme Forcadell, ya que dentro del Parlamento catalán se habían concentrado los alcaldes independentistas, que siguieron en directo la sesión y, posteriormente, celebraron la declaración de la República en la escalera que da acceso al Parlamento. En el acto, se pidió ayuda a todos los ediles para apoyar la república catalana. En el exterior, mientras tanto, siguiendo la convocatoria de las asociaciones independentistas, la ANC y Òmnium, también se reunió una multitud de ciudadanos que buscaba celebrar la declaración de la independencia. La concentración se produjo ya desde primera hora de la mañana, en el momento en que se tenían que presentar a la mesa las propuestas de resoluciones para votar durante el pleno. Aunque todos los grupos registraron peticiones, las únicas que salieron adelante fueron las impulsadas por los partidos rupturistas. De acuerdo con TV3, el ahora cesado Gobierno catalán, que estuvo encerrado durante horas en el Palau desde que terminó la sesión en el Parlamento, ha pedido a los altos cargos (algunos ya han sido despedidos) que "resistieran" y que acudieran a trabajar, como cualquier otro día, el próximo lunes. Estas recomendaciones, por tanto, dan por hecho que el Gobierno catalán cesado pretende mantener una aparente normalidad. Tal como adelantó elEconomista, en la hoja de ruta del independentismo se valoraba la posibilidad de mantener un gobierno en el exilio o duplicado; que parece que se confirma. En cualquier caso, por ahora, se desconocen los planes reales, puesto que, al cierre de esta edición, no se habían difundido las intenciones de Carles Puigdemont y todos sus consellers. Las embajadas en el exterior, excepto la de Bruselas, también han sido cerradas. De acuerdo con la televisión pública catalana, parte de los esfuerzos que estaban realizando los miembros del antiguo ejecutivo catalán era buscar reconocimientos internacionales a la declaración de la República. Sin estos centros de apoyo y sin el Diplocat, que también ha sido cerrado, las posibilidades de buscar respaldo en el exterior se complican. Puigdemont, no obstante, no ha dado continuidad a la resolución de independencia, y, al cierre de esta edición, no había salido al balcón del Palau para declarar la independencia. Podría ser una estrategia para no acumular presuntos delitos.